Por suerte mi tía compró mi actuación. Siento que he ganado al menos su confianza en estos pocos meses que estuve aquí en Jennovia.
—No te preocupes, tía, lo intentaré de nuevo —levanté la vista con los ojos llenos de lágrimas—. Espero que no tengas prisa.
La tía Patricia sonrió y suspiró. —Me temo que el tiempo es esencial, mi querida sobrina.
La miré con curiosidad. —¿Qué quieres decir, tía Patricia?
—Además de querer que tu madre vuelva con nosotros, también quiero preguntarle algo —dijo mi tía Patricia—. Tiene información esencial para ganar esta guerra.
La miré con ojos curiosos. —Si se puede preguntar, ¿cuál sería esa información?