—Prometo, hermana mayor Alicia, que te ayudaré a regresar con tu verdadero amor —Satiana tomó mis manos y las apretó fuertemente, haciendo esa promesa.
—Entonces te tomaré la palabra con esa promesa —le dije y sonreí.
—Ajá —Satiana asintió con resolución.
Si Satiana es como yo, una princesa olvidada de este país, entonces también quiero ayudarla tanto como pueda. Siento una conexión entre nosotras.
—Dime Sati, ¿también tienes poderes mágicos? —yo estaba bastante curiosa acerca de las habilidades mágicas de Satiana.
Aunque Satiana no tenga el aspecto distintivo de la Familia Real Atlántida, la sangre real todavía corre por sus venas porque ella es hija de mi tía.
—Bueno, tengo habilidades mágicas. Pero no es algo tan grandioso —Satiana respondió tímidamente—. No es algo de lo que presumir, a diferencia de las habilidades de mi hermano mayor.
—Está bien, puedes decírmelo —la animé.