—Alicia. —Una voz familiar me llamó. He escuchado esta voz muchas veces desde que llegué a este palacio. Pero incluso después de tantos años, no puedo evitar sentir la distancia entre nosotros.
Miro a mi alrededor y veo al rey padre caminando hacia mí. Todas las personas que él pasó se inclinaron ante él.
—Saludos a ti, rey padre. —Hice una reverencia cuando él estaba a solo unos pasos delante de mí.
—Levántate, hija mía. —dijo padre.
Levanté la vista y veo que mi padre me mira con amor y afecto que nunca antes me había mostrado. Esto me sorprendió, así que desvié la mirada, pero no hasta el punto de que él lo notara.
—Déjame mirarte antes de irte. —Padre acarició suavemente mi rostro y levantó mi cara. Me miró con tal calidez—. Realmente te pareces a tu madre.
Las palabras de mi padre me dieron una sensación de calidez. Algo que siempre he anhelado de él desde la primera vez que lo conocí.