En poco tiempo sentí que alguien apartaba a Elizabeth de encima de mí. Y luego escucho una fuerte bofetada.
—¡SLAP!
Abro mis ojos para ver la espalda ancha de Guillermo frente a mí. Elizabeth estaba de pie frente a él, sosteniendo su mejilla, sorprendida.
—G-Guillermo —Elizabeth lo miraba con los ojos muy abiertos—. No puede creer que Guillermo le haya abofeteado en la cara.
Guillermo se dio la vuelta y me ayudó a levantar. —Alicia, ¿estás bien? Lo siento, no pude salvarte a tiempo —La preocupación se dibujaba en su hermoso rostro.
—Está bien, estoy ... ahh —Sentí un escozor en mi mejilla izquierda.
—Estás sangrando —Guillermo miró conmocionado—. Sacó un pañuelo de su bolsillo y lo presionó en mi cara sangrante—. Lo siento.
—No te preocupes, es solo un rasguño —Le aseguré y sonrió.
Las cejas de Guillermo estaban fruncidas con irritación y se dio la vuelta para mirar a Elizabeth, quien todavía estaba de pie con una cara atónita.