La madre de Cecilia nos llevó a una tienda no muy lejos de donde estaba la fuente. La tienda tenía un color violeta oscuro y era de tamaño normal.
—Por aquí —dijo la madre de Cecilia—. Por cierto, mi nombre es Anna Marie. Puedes llamarme Anna. —Dijo con una sonrisa solemne.
—Hola Anna, mi nombre es Lili —le di el apodo que Regaleon me dio—. Él es Will. —Hice un gesto hacia Guillermo y él asintió como reconocimiento.
Anna abrió el camino dentro de la tienda. El interior era de tamaño normal, iluminado por velas que daban una vibra mística. En el centro del interior había una mesa redonda. Encima de ella había una piedra de cristal morado, tan grande como un jarrón de flores de tamaño normal.
—Por favor, tomen asiento —Anna nos indicó hacia las dos sillas del frente—. Perdón por el desorden, apenas estaba comenzando a arreglar.
Anna guardó algunas cosas y ordenó rápidamente. Guillermo y yo tomamos asiento mientras Anna tomaba el asiento frente a nosotros.