"Abigail fue dada de alta al día siguiente. Estaba sola en casa ya que Cristóbal se fue a trabajar. Decidió hablar con Jasper y lo llamó.
La llamada fue respondida justo antes de que el anillo estuviera a punto de finalizar, y la solemne voz de Jasper salió del teléfono.
—Hola…
Abigail había esperado serenidad y apoyo de él, especialmente dado los recientes ataques que había sufrido. Había anticipado que él preguntaría acerca de su bienestar y le aseguraría que estaba haciendo todo lo posible para encontrar a los autores de su ataque. Pero nada de eso había ocurrido. Esto la dejó perpleja y dubitativa.
—Hola, Jasper —lo saludó—. ¿Cómo te va?
—Uh… Aquí es un poco complicado. Pero no te preocupes. Lo manejaré todo —su voz, que normalmente era poderosa y confiada, tenía un cansancio y letargo que le hicieron sonar las alarmas a Abigail.