Las palabras de Cristóbal atravesaron a Viviana como un cuchillo. Se quedó allí, su rostro mezcla de dolor, incredulidad y determinación, negándose a ceder.
—¿Vas a abandonar todo por lo que hemos pasado? Nuestra misión, la verdad, todo por tu ciega devoción por Britney? —La voz de Viviana temblaba de ira y decepción.
Ella se esforzaba por mantener la calma, sus manos en puños a sus lados. Se negó a aceptar la derrota tan fácilmente.
La mirada de Cristóbal se endureció, y su mandíbula se tensó mientras miraba fijamente a Viviana.
—La misión ya no existe — siseó—. Vuelve a casa. Es por tu propia seguridad.
Los ojos de Viviana se llenaron de lágrimas. —¿Crees que simplemente voy a huir? ¿Que voy a abandonar todo lo que hemos luchado? Esta misión es más grande que nosotros dos, Chris. No me iré.