Un suave murmullo escapó de Amy mientras pasaba las últimas páginas del informe. Su escritorio estaba lleno de bocetos, muestras de tela y un par de catálogos de moda de las colecciones recientes.
Toda la oficina era un torbellino de actividad, con diseñadores y estilistas entrando y saliendo, pero el enfoque de Amy era inquebrantable. La Navidad estaba a solo una semana de distancia, y en su corazón, la anticipación no era solo por las fiestas —era por Lucas.
Habían pasado tres meses desde que lo vio por última vez y, aunque sus llamadas y mensajes diarios los mantenían conectados, nada se comparaba con tenerlo justo a su lado.
El pensamiento de él regresando la próxima semana la llenó de emoción. Mientras ordenaba su escritorio, tarareaba una melodía festiva, imaginando el momento en que lo vería de nuevo.