—Entonces, ¿es ella la indicada? —El barbero le preguntó a Tom en voz baja mientras le lavaba el tinte del cabello.
—Si no lo fuera, no la traería aquí conmigo y la presentaría como mi novia ante ti, ¿verdad? —Tom preguntó con sequedad.
—Supongo que no. Es muy guapa y vale la pena el estrés. Tienes buenos ojos en tu cabeza —dijo el barbero con una sonrisa, y Tom se rió entre dientes.
Lucy, que estaba sentada a unos metros de ellos, miró su teléfono cuando comenzó a sonar y se levantó al ver que era una llamada de Sonia. —Estaré en el coche. Tengo que atender la llamada de Sonia —Lucy le dijo a Tom antes de alejarse para contestar la llamada.
—¿Cómo está mi niña? —Sonia preguntó con su tono alegre de siempre, lo que hizo sonreír a Lucy como siempre.
—Está bien. ¿Cómo está mi mejor amiga celebridad? Supongo que ya terminaste el programa de hoy —le preguntó Lucy a Sonia, y esta vez Sonia sonrió.