Sucedió todo demasiado rápido, y ahora Irene se encontraba en un mundo completamente nuevo. Este lugar no se parecía a nada que hubiera visto antes. Ni siquiera cerca. Era como si estuviera en una burbuja y el mundo dentro de la burbuja fuera del color del arcoíris, y fuera de la burbuja, el cielo era de un hermoso azul turquesa. El cielo en este mundo era agua con peces y otros animales marinos nadando en él.
Era extraño, pero hipnótico. Completamente atrapada por este mundo, olvidó al hombre detrás de ella hasta que habló.
—Parece que te gusta —dijo.