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Chapter 3 - Tragedia

Un día, de repente, ella comenzó a hablar sobre mi familia, desvelando detalles acerca de nuestras raíces y las actividades que desempeñamos en el Reino. Descubrí que los Snake somos una familia noble con una larga tradición en el trabajo mercenario. Poseemos el segundo territorio más grande entre todas las familias nobles, lo que nos otorga la capacidad de llevar a cabo una extensa variedad de cultivos. Además, gracias a nuestro estatus de nobleza, disfrutamos del privilegio de estar exentos de impuestos, lo que nos brinda ventajas económicas y una posición destacada en la sociedad.

A medida que ella compartía estos detalles sobre mi familia, un sentimiento de orgullo y responsabilidad comenzó a crecer en mí. Comprendí la importancia de nuestro legado y la influencia que nuestra familia ejercía en el Reino. La conversación reveló la complejidad de nuestras responsabilidades como nobles y me impulsó a explorar más a fondo el papel que desempeñamos en la política y la economía del Reino, así como a apreciar la riqueza de nuestra historia y la herencia que llevamos sobre nuestros hombros.

El tiempo pasó y crecí. Yo me había curado de la enfermedad que tenía pero insomnio seguía siendo un tema de mi preocupación.

Hoy es mi décimo cumpleaños. Claire me dijo que, al cumplir los 10 años, tendría la oportunidad de salir de esta habitación. He estado confinado en este lugar desde que tengo memoria. No cuenta con ventanas, por lo que no he podido ver el exterior, pero siempre escuchaba a los niños jugando y a los guardias gritando. Durante todo ese tiempo, Claire me enseñó a leer y escribir. También inicié un régimen de entrenamiento físico, realizando ejercicios como flexiones y abdominales.

Dedicaba todo mi tiempo a aprender todos los idiomas posibles, ya que era más fácil aprenderlos mientras mi cerebro aún era el de un niño. Se hablan 23 idiomas oficiales en estos continentes. Es posible que existan más idiomas, pero no pude encontrar información sobre ellos desde Claire. El continente en que estoy se llama Humenor y se compone de ocho Reinos. El nuestro es el quinto más grande de Humenor y se llama Azer, gobernado por la familia real Azerial.

En cualquier caso, hoy es mi cumpleaños, y Claire me ha prometido que hoy podré salir de esta habitación. Finalmente, podré ver el mundo con mis propios ojos.

Claire llegó corriendo a mi habitación, lucía exhausta. Su rostro estaba tan rojo como un tomate, y le costaba hablar con claridad. Con el esfuerzo que pudo reunir, me informó: "Debemos marcharnos ahora, los guardias se acercan".

Estaba confundido, pero rápidamente me ate los cordones de mis zapatos y salí de la habitación con ella. Afuera de mi habitación, nos encontramos en un pasillo amplio y muy iluminado. Durante todos esos años, pensé que estaba en prisión, pero el exterior de la habitación era realmente hermoso. El pasillo tenía ventanas desde las que se podía ver la puesta de sol. Lamentablemente, no pude disfrutar de la vista durante mucho tiempo, ya que escuchamos a los guardias que se acercaban desde la derecha. Este lugar parecía un castillo. Claire me informó que se llama el Castillo Rojo. Lo recordaba vagamente, pero giramos a la izquierda, corrimos un tramo y luego giramos a la izquierda nuevamente. Escuchamos que más guardias venían hacia nosotros y no podíamos dar marcha atrás, ya que, según Claire, alguien me estaba esperando y no podía esperar mucho tiempo. Así que debíamos apresurarnos. Sin perder tiempo, avanzamos en dirección a los guardias. Había dos guardias y, antes de que pudieran decir algo, Claire sacó dos cuchillos de sus mangas y los mató apuntando a sus cerebros a través de los agujeros de sus máscaras. Fue una escena brutal y me quedé paralizado durante un segundo, pero Claire me devolvió a la realidad con una bofetada. Fue la primera vez que alguien me golpeó después de nacer en este mundo.

Comenzamos a correr nuevamente y escuchamos a los guardias gritar: "¡Han escapado!". La situación se volvió caótica. Lo único que sabía era que íbamos hacia el lado del castillo que daba a la playa.

¿Cuál era la razón de mi escape? No lo sabía. De alguna manera evitamos a los guardias y llegamos al lado de la playa del castillo. Era hermoso; el sol se estaba poniendo y se podían ver las nubes a lo lejos. Sin embargo, parecía que Claire había estado preparando este escape durante mucho tiempo. Me habló de alguien que vendría por mí, pero ese alguien no estaba allí. Empezó a sufrir un ataque de ansiedad, así que intenté calmarla y le pregunté por qué me había traído aquí.

Ella confesó todo: la familia había descubierto mi existencia y ha mandado una orden para mi muerte. Ella no podía cumplir con eso ordenes, ya que me amaba y quería protegerme. Por lo tanto, le pidió a un amigo que estuviera allí al anochecer, pero ese amigo no apareció. Comenzó a disculparse y a llorar por su incompetencia.

Antes de que pudiera decir algo escuchamos voces y los guardias estaban acercando. Claire me entregó un collar y una pequeña botella que podía guardar en mi bolsillo. Me dijo que estos eran mis regalos de cumpleaños y que me darían respuestas a todas mis preguntas. Ella iba a distraer a los guardia par así darme tiempo de escapar. No quería dejarla solo pero eso era la única manera de escapar de las guardias y no quería despender la oportunidad que ella ha creado para mi. 

La abracé y me despedí de ella con lagrimas en mis ojos. Comencé a correr por la playa tan rápido como podía para encontrar un lugar donde esconderme.

Escuché a las guardias detrás de mí, así que seguí corriendo, pero fui demasiado lento y me capturaron. Me ataron y me taparon los ojos. Pensé que era el fin para mí; en mi primera vida, morí como un fracaso, y en esta, como un bastardo. Todo tipo de pensamientos deprimentes cruzaron mi mente. Me llevaron de vuelta al castillo. Ahora me encontraba en una habitación con dos ventanas. Me destaparon los ojos, y vi a un hombre mayor frente de mí. Su cabello era completamente blanco, un manto de nieve que contrastaba con su piel arrugada y oscura. Sus ojos, igual de negros que su piel, resplandecían con una intensidad enigmática, como dos espejos oscuros que reflejaban décadas de sabiduría y experiencias. Vestía ropas sencillas, pero su presencia imponía una sensación de autoridad y misterio. Cada arruga en su rostro contaba una historia, y su mirada penetrante parecía trascender el tiempo. Comenzó a hablar:

—Es una lástima que alguien tan joven como tú tenga que morir hoy. Conocía sus planes, pero los dejé que se llevaran a cabo; así era más fácil capturarlos.

Grité, pidiéndole que me dijera dónde estaba Claire, y él aplaudió dos veces, diciendo que tenía dos regalos para mí de parte de la familia. Dos soldados entraron con dos cajas, y me dijo que las abriera.

Tenía miedo, pero necesitaba mantener la calma. Abrí la primera caja, y vi la cabeza de un hombre que nunca antes había visto. Le pregunté quién era. El hombre mayor sonrió entre dientes y me dijo: "Ese era el hombre que se suponía que te sacaría de aquí."

El miedo me invadió, y no podía respirar. Ahora sabía lo que había en la otra caja. La abrí y encontré la cabeza de Claire. Grité y me caí de la silla. No podía pensar y lloraba desconsoladamente. De alguna manera, logré recomponerme. Me levantaron y me apoyaron contra la pared. El hombre mayor me dijo que tenía dos opciones frente a mí. Podía morir a manos de el o trabajar para la familia como su peón.

Esto era una tragedia pero necesitaba mantener la calma. Deje de llorar y le pregunté: "¿Qué quieres decir con ser su peón y por qué me esta dando 2 opciones. No sería mejor matarme y acabar la historia de una vez?"

El hombre mayor respondió: "¡Matarte! Créeme, ya eres un hombre muerto. No importa lo que elijas, no creo que sobrevivas mucho tiempo. Te estoy dando estas dos opciones porque "EL" me ordeno dártelos."

Vin: "¿Quién te envió para matarme? "¿Quien es EL?"

El Hombre: "Tu familia niño. Todo esto es culpa de tu familia."

Vin: "¿Cuál miembro de mi familia y por qué?"

El Hombre: "¡Ajá! Quieres nombres. Eso tendrás que adivinarlo por tu cuenta."

En ese instante, una oleada de un odio feroz y ardiente hacia mi propia familia se apoderó de mí, como nunca antes lo había experimentado en toda mi existencia. Lo único que ocupaba mis pensamientos era la venganza. Sin embargo, para llevar a cabo ese plan, primero debía sobrevivir.

Vin: "De acuerdo, quiero ser su peón."

El hombre sonrió y, de la nada, me golpeó tan fuerte que perdí la conciencia. Eso es lo último que recuerdo antes de despertar en esta habitación oscura.