El ambiente era frio y tenebrosos.
Una persona se encontraba a oscuras sentada en una silla frente a un escritorio.
Estaba mirando una ventana con vista al reino de los humanos., aún que, el reino se veía pequeño comparado a su castillo de tamaño tan bestial.
"Emily es fuerte", dijo en voz alta mientras veía el inmenso castillo, "Pudo vencer al líder de los cabaleros reales sin mucha dificultad y no creo que haya perdido, aunque la batalla fuera a muerte", dijo mientras sorbía un poco de su té negro.
"Bueno, de igual manera ese líder es débil comparado a los altos mandos del reino de los monstruos y demonios, incluso yo podría derrotarlo con unas simples palabras", dijo mientras se levantaba de su silla y caminaba hacia una ventana a su derecha.
"Pronto la caída de los humanos llegará y con eso, aquello que he estado anhelando por fin será mío", dijo, alzó su mano a la altura de su hombro y cerró su puño en dirección al castillo, como si quisiera tenerlo en su mano.
"Pero, para ello, tengo que quitar a Emily del camino", entonces su puño comenzó a emanar llamas intensas.
Un olor a quemado se podía percibir en el aire al cabo de unos segundos.
"¡Haaaa!, mierda, las cortinas se incendian", dijo y apagó su puño en llamas.
"Agua", dijo y un chorro de agua pequeño salió de la palma de su mano apagando las cortinas en llamas.
"Fiu, eso estuvo cerca", realmente era un poco estúpida la persona.
"Ha, creo que ya sé que hacer para quitar a Emily del camino para siempre sin tener la molestia de matarla", dijo riéndose maliciosamente mientras veía el reino por la ventana.