En un clima de fascinación y asombro, la práctica del Arcánum se convirtió en el eje de todas las actividades de la Academia Mágica. El gran patio de entrenamiento se llenó de estudiantes ansiosos, todos centrados en dominar esta nueva y potente habilidad. El aire estaba cargado de expectación y emoción mientras los alumnos de todas las clases se sumergían en la intensa práctica.
Los estudiantes se dividieron en varios grupos, cada uno dedicado a una técnica específica. Un grupo practicaba meditación, sentados en silencio, sus ojos cerrados y sus rostros llenos de concentración. Intentaban sentir y entender la corriente interna del Qi, la vitalidad que fluía por cada célula de su cuerpo, la fuerza vital que les permitía moverse y vivir.
Otro grupo se dedicaba a la formación de Mana. Bajo la guía de Johnathan, estos estudiantes intentaban moldear su Mana en patrones precisos y útiles. Sus manos se movían en el aire, intentando dar forma al Mana invisible, con cada éxito y fracaso sirviendo como una valiosa lección.
Johnathan, a pesar de su apariencia joven, asumió el papel de un maestro maduro y experimentado. Caminaba entre los estudiantes, observando y corrigiendo, con palabras de aliento siempre en sus labios. Aseguró a los estudiantes que la paciencia era clave, que el dominio vendría con el tiempo y la práctica.
Mientras todo esto ocurría, una figura notable emergió en la escena. Edward Glais, el altivo representante de la Clase A, hizo su aparición en el patio de entrenamiento. Su orgullo parecía haber sido herido por la reciente demostración de Johnathan y estaba decidido a aprender y dominar el Arcánum. A su lado estaba su hermana, Donna Glais, quien parecía más interesada en Johnathan que en la práctica del Arcánum.
Donna caminaba con una mirada fija en Johnathan. Pero su mirada se oscureció al ver a Sindi Wolf junto a él. Donna sintió un nudo en el estómago. Había observado con asombro cómo Johnathan y Sindi habían interactuado durante la práctica. Había algo en la forma en que Johnathan la miraba, algo que no podía dejar de notar.
Sindi, notando la mirada celosa de Donna, se quedó perpleja. "¿Por qué me está mirando así?" se preguntó a sí misma. Luego se rió suavemente, recordando cómo Johnathan y Donna parecían ser tan cercanos. Aunque la idea de que Donna estuviera celosa era ridícula, era la única explicación que Sindi podía encontrar.
La práctica del Arcánum continuó durante el día. Los estudiantes practicaban con ahínco, animados por la esperanza de dominar esta poderosa habilidad. La Academia Mágica estaba llena de vida y actividad, con Johnathan en el centro, Edward y Donna añadiendo un nuevo matiz a la dinámica y Sindi enfrentándose a la mirada celosa de Donna. El capítulo se cierra con la imagen de la Academia Mágica, llena de estudiantes trabajando duro, la figura de Johnathan, el joven maestro, y los celos crecientes de Donna.