Han pasado dos años desde los eventos anteriores. Jonathan, ahora con 5 años, se prepara para dirigirse a la Escuela Imperial en el Palacio Imperial. Su padre, el Rey, y su madre se encuentran con él, recordándole que debe cuidarse en la academia. Jonathan responde que no tiene de qué preocuparse, a menos que una chica esté en problemas.
Entonces, su padre le pregunta qué haría si alguien estuviera molestando a una chica. Jonathan responde que les daría una lección, rompiéndoles las piernas si son mayores de 18 años y también le faltaron el respeto a él. Su padre se ríe y le dice que, aunque una falta de respeto hacia el futuro rey del Reino de Weis es grave, no debería llevar las cosas tan lejos.
Sin embargo, Jonathan insiste en que eso solo sería un ejemplo para evitar futuros insultos, sin intención de ofender a nadie. Ambos se ríen de forma sarcástica.
En el camino hacia la academia, Jonathan se percata de una pelea entre una manada de lobos y una de pandas tigres. Decide intervenir para entretenerse mientras espera a que sus guardias lo alcancen, ya que aburrirse sería muy tedioso y él puede llegar mucho más rápido. Llega al lugar y observa cómo la manada de tigres pandas ha dejado casi muertos a todos los lobos, excepto a dos lobos blancos.
Rápidamente, Jonathan se enfrenta a la manada de tigres pandas y logra derrotarlos, salvando a los dos lobos blancos. Decide adoptarlos con la esperanza de criarlos y hacerlos más fuertes en el futuro.
Les da nombres a los dos lobos. Al más grande y blanco lo llama Jeff, mientras que al otro, de un inusual color púrpura, le pone el nombre de Steven. Ambos lobos eran completamente diferentes entre sí, pero Jonathan estaba decidido a entrenarlos y criarlos como sus compañeros, esperando que se convirtieran en aliados poderosos en el futuro.
Con sus nuevos compañeros, Jeff y Steven, a su lado, Jonathan continúa su viaje hacia la academia, emocionado por las aventuras que les esperan en su nuevo entorno. Juntos, enfrentarán desafíos, aprenderán lecciones valiosas y fortalecerán sus lazos. Mientras tanto, el destino les depara sorpresas inesperadas y encuentros que moldearán el camino de Jonathan hacia su destino como líder del Reino de Weis.