Por un breve momento, Quinn se había olvidado de un mundo con habilidades. Un mundo donde la gente no intentaba ganar ventaja sobre los demás, ¿sólo por el qué? El orgullo.
Él miró hacia abajo y pudo ver las dos hojas atrapadas en su estómago, sangre goteando de la hoja. Fei había soltado las hojas y había dado un paso atrás, con la boca bien abierta, actuando como si todo lo que había sucedido fuera un accidente.
Pero Quinn no lo creía y tenía una buena idea de lo que acababa de suceder. Mientras miraba a su alrededor, logró ver una sonrisa en el rostro de Brandon. Quinn agarró la mitad del mango de las dos hojas y, usando su fuerza, rompió los extremos.
Con la otra mitad de las hojas aún en su estómago, comenzó a caminar hacia Fei.
—Así que quieres jugar juegos entonces. —Dijo Quinn— Entonces juguemos algunos juegos, lo primero me has tomado un poco de mi sangre, así que lo justo es que tome algo de la tuya.