—Aún así, todavía están vivos mientras nuestros enemigos están muertos y enterrados. Lucha contra ellos como si fueran Bestias Divinas o tendrás que volver al Grifón Dorado y yo tendré que luchar contra ellos solo. Si fallamos, la Verdadera Reina estará enojada contigo. —
El Dragón de Siete Cabezas tragó un bulto de saliva y asintió telepáticamente. Había mucho en juego en la conquista de Ne'sra y él no quería ser el que arruinara los planes de Thrud.
—No deberías haber desenganchado a Phloria con ese Parpadeo. —dijo Quylla mientras ajustaba su estrategia dentro de la Sirena Azul antes de comenzar la persecución— Tenemos menos de dos minutos para capturarla.
—Después de eso, incluso si la impedimos usar Omnigolpe, la habilidad Dar y Recibir de Reaver será suficiente para dominarnos. Hemos esperado hasta ahora exactamente para explotar su estado debilitado y no darle tiempo para lanzar hechizos.
—Sin embargo, cuanto más tiempo perdamos, más se reducirá nuestra ventaja. —
