Un pequeño ejército de Teks, Espinos y Koas desató una lluvia de hechizos contra los intrusos en cuanto tuvieron una línea de fuego clara. Los Espinos eran criaturas nacidas del Despertar de los arbustos, o en el caso de un ambiente subterráneo, del musgo.
Sus cuerpos eran cortos, apenas llegaban a un metro (3'3") de altura. Parecían pulpos hechos de moho, con ojos amarillos brillantes y extrañas protuberancias en sus espaldas que casi parecían alas.
Los Koas eran bestias mágicas tipo pez, de unos 1,5 (5') metros de altura. Tenían grandes ojos verdes y cuerpos humanoides cubiertos de escamas plateadas tan duras como el metal. Sus garras y dientes afilados como navajas los convertían en formidables oponentes en combates cuerpo a cuerpo.