—¿El fin de un cobarde? —La clase explotó con exclamaciones de sorpresa e indignación. Todos sabían lo que era, pero nadie lo había usado en años, hasta el punto de que se consideraba solo un mito.
—¡Qué despreciable! —La líder del grupo estaba buscando desesperadamente una salida. Era la primera vez en su vida que estaba acorralada.
—¡Tú me hiciste decir esas cosas, sólo caí en tu trampa, es toda tu culpa!
Lith se echó a reír a carcajadas.
—¿En serio? ¿Esa es tu excusa? 'Él me obligó'? Lo hiciste todo por ti misma y todo lo que ha sucedido desde que entré en la clase ha sido grabado. Dudo que alguien encuentre una imagen mía rogando que me pateen el c*l.
Ella se había dado cuenta de lo idiota de su plan en el momento en que lo dijo en voz alta, así que optó por un enfoque más sutil.
—Mira, lo entiendo. Empezamos con el pie equivocado, pero podemos arreglarlo todo.