—No veo nada malo en— Las palabras murieron en los labios de Kamila cuando se dio la vuelta y notó cuán sorprendidos estaban tanto Silverwing como Malyshka.
Miraron alrededor de la sala con los ojos abiertos, teniendo problemas para reconocer el ahora desconocido lugar.
—¿Qué pasa con el martillo y por qué hay un pedazo de papel pegado justo debajo de él? —Lith preguntó mientras señalaba el grabado que se había cubierto apresuradamente.
—¡No preguntes y no te atrevas a decírselo! —Solus se sonrojó salvajemente mientras trataba de sonar amenazante, solo haciendo reír a sus viejos mentores.
—No lo haré, pero solo porque estoy tratando de reconstruir nuestra relación —dijo Silverwing riendo.
—No tengo tal problema, pero lo guardaré como material de chantaje —Baba Yaga jadeó por aire en hilaridad.
—¿Puedo ver tus libros? —Lith preguntó mientras señalaba las cortinas.
—No, están llenos de pornografía. ¿Podemos ir a otra parte, por favor? —Solus preguntó.