—No te preocupes por lo que pasó ayer. Lo importante es que estés aquí ahora.— dijo Jirni.
—Siento no haberte visitado antes, mamá.— Quylla le hizo una reverencia profunda. —Papá me tenía confinada dentro del cuartel general del ejército hasta que Phloria me sacó. La parte positiva es que al menos ahora sé lo que está pasando.
—Tal vez si puedes ayudar a papá con su misión él-—
—¡Calla, niña!— Jirni puso su mano en la boca de Quylla mientras la miraba fijamente. —Pasas demasiado tiempo en tu laboratorio mágico y muy poco en el mundo real. Piensa antes de hablar.—
Phisa todavía estaba en la habitación, exactamente como estaba planeado.
—Lo siento, Dama Ernas.— La criada les hizo una reverencia por quedarse más tiempo del necesario. —Me voy ahora. Llámame si necesitas algo.—
—Tomaremos un poco de té, pero no pastelillos para no arruinar nuestro apetito.— dijo Jirni, saliéndose del guión y haciendo que sus hijas casi se estremecieran de sorpresa.