—¿Papá? —Preguntó Senton.
—Sí, soy tu padre. Mira dentro de ti, sabes que es la verdad —La voz del herrero rezumaba sarcasmo.
—No estaba cuestionando eso. Lo que quería decir es, ¿qué estás haciendo aquí?
—¿No escuchaste a tu suegra? El aire apesta hoy y deberíamos alejarnos de esos rufianes —Dijo Zekell con desdén.
—Lo sé, pero...
—No puedo creer que mi propio hijo no me considere un miembro de esta familia y quiera dejarme atrás —Zekell comenzó a llorar de nuevo, ganándose varias miradas furiosas de Senton.
—Tío, ¿podemos llevar a Abuelo con nosotros? Por favor —Leria suplicó a Lith con sus grandes ojos castaños de cachorro que había heredado de Tista.
—Todo para mi pequeña hada —Lith y Senton se quejaron por dentro al ver a Zekell llamando la atención justo antes de explotar descaradamente a su propia sobrina para conseguir lo que quería.
—Mamá, ¿quieres intentarlo? —Preguntó Lith antes de despegar.