Cuando Scarlett se sentó tan cerca de Melinda, no pudo evitar admirar su belleza. El rostro de Melinda era sorprendentemente radiante, y aunque tenía más de cincuenta años, aún parecía tener cuarenta y pocos años.
Lo que más cautivó a Scarlett fueron los ojos cautivadores que poseía Melinda, que se asemejaban en color y forma a los suyos.
—Vaya, ¡no es de extrañar que Teodor se enamorara de mí en cuanto me vio! ¡Nuestros ojos son tan hipnotizantes!
Scarlett recordó su primer encuentro con Theo, donde él había visto su verdadero aspecto.
—Scarlett, ya sabes, cuando Theo mencionó que la esposa de Xander era increíblemente hermosa, me dio aún más curiosidad por conocerte. Por eso obligué a Theo a que los invitara a ti y a Xander a cenar en nuestra casa…
Melinda rió, encontrando diversión en su propia insistencia. —Por favor, no te enfades con él, Scarlett —añadió rápidamente.