Un largo suspiro llena la modesta habitación, que cuenta con muebles contemporáneos y una decoración moderna que recuerda a una habitación individual en un hotel de cinco estrellas. Esta sería la habitación que Scarlett usaría en los próximos días.
Los dedos de Scarlett temblaron mientras miraba las imágenes, y su corazón se hundió con lo que veía.
A medida que Scarlett miraba fijamente la pantalla de su teléfono, su rostro parecía congelado en un estado de rigidez. Sin embargo, mientras continuaba reproduciéndose el metraje de las cámaras de seguridad de Xander, su preocupada expresión comenzó a relajarse y una débil sonrisa surgió en la comisura de sus labios.
—Scarlett Piers, ¿cómo puedes ser tan tonta? Estás huyendo de todo, incluido Xander —se regañó a sí misma con frustración—. Debes empezar a confiar en él y dejar de tomar decisiones tontas.
Dejó su teléfono en la mesita de noche y se dejó caer sobre la cama, presionando su rostro contra el suave colchón.