—Pensé que mi secretaria te dijo que te sentaras y esperaras, cuñada.
Chloe escuchó una voz detrás de ella. Giró la cabeza y se quedó paralizada en el lugar cuando vio a Vernon Phoenix Gray de pie en la puerta abierta.
—Ah, lo siento, Vernon. Yo estaba solo… solo… —Chloe tartamudeó mientras se ponía nerviosa. No estaba segura de cómo hacer que fuera menos incómodo ya que Vernon la sorprendió husmeando en la habitación e incluso quería revisar una puerta.
Vernon la miró con una sonrisa, pero sus ojos observaban peligrosamente a Chloe, asegurándose de que no se moviera ni un centímetro de su posición, —Siéntate, y hablaré contigo.
—¡S—Sí! —Chloe reaccionó espontáneamente. Se sentó en el asiento nuevamente y escuchó los pasos firmes de Vernon mientras pasaba junto a ella. Vernon se sentó en el asiento opuesto, a solo unos centímetros del de ella.