El sueño que tenía prolongado en él por haber esperado mucho tiempo a la llegada de la joven pelivioleta fue ruin y cansado, hasta el punto Boruto creyó haber envejecido un par de años al estar muy pendiente de ella. Parecía y actuaba como si fuera un padre, uno que adoptó a una chica de casi su misma edad luego de haberla recogido en el callejón de la basura.
Toda esa situación sin contexto pegaba muy mal, sea por donde uno mire. Solo la parte de haberla recogido del callejón no era para nada necesaria de sacar a la luz.
Temía por su estabilidad social hacia el mundo entero si fuera sabido algo como eso. Claro que no lo diría. No sé consideraba un criminal ni lo era.
Ahora que había pasado por todo eso, no era nada más que un cuidador, o mejor dicho, el cuidador de esta chica que tenía delante y con el mismo silencio que la acompañaba todo el apartamento.
—«Un problema tras otro...»
Solo pudo en seguir pensando en todos los problemas que se acumulaban con ella cerca suyo. No obstante, todo este acto de estar ayudándola no era más que un simple sentimiento de satisfacción hacia si mismo, o eso podría pensar Boruto.
Por ahora solo quería en hablar con ella al haber terminado de preparar el desayuno de este domingo, sin embargo, nadie daba el primer bocado, estaban más concentrados en el tema que estaban por hablar ahora.
Luego de que la chica Sumire había dejado el apartamento ayer y sin dar señales de vida durante su ausencia, había reaparecido hasta hoy con la noticia que había podido en recuperar sus recuerdos.
¿Está situación debería de ser algo bueno por celebrar, no?
¿No debería estar feliz?
¿Ya será el final de tenerla en su apartamento y que esté libre?
Al verla de reojo, la cual estaba desde el otro lado de la pequeña mesa, no se mostró con la mirada de frente. Parecía estar nervioso para lo que quería decir o tal vez no sabía por dónde debía de empezar a hablar de cómo pudo recuperar sus recuerdos.
—Entonces... —habló primero para romper la tensión y el silencio en el aire—. ¿Me vas a decir quién eres exactamente y en dónde estas estudiando?
—...
Seguía sin responder. Lo peor de todo este silencio es que llevaba haciendo la misma pregunta más de una vez y en diferente forma, pero seguía sin obtener alguna respuesta de ella.
Estaba claro que no estaba preparada para comenzar hablar. Posiblemente no estaba muy segura de si él aceptaría lo que sea que fuera ella. Si dijera que es de esa escuela ricachona de chicas no tendría problema alguno con que lo fuera.
Ya será cuestión de si ella quisiera seguir en contacto con él. No le importaría en ser su amigo, ya que podían también en verse al estar en la misma ciudad. También podría en presumirle a sus amigos de que tenía a una amiga de esa escuela sin molestias.
La miró de nuevo, y parecía estar un poco más preparada para hablar. Tenía una cierta mirada tranquila y dudosa, pero notaba un poco más de seriedad en su expresión, aunque no una tan fuerte.
—Mira... si se te dificulta en hablarlo, no te preocupes por eso —trató de calmarla con paciencia—. Todo a su debido tiempo en querer hablar 'ttebasa.
—No, quiero decírtelo. Es lo menos que puedo pagar por haberme ayudado. —dijo Sumire mientras inhalaba.
Ahora sí parecía lista en sacar todo lo que le hacía callar sin ningún problema. Aunque le pareció un poco descortés eso último que había comentado. Estaba claro que no se encontraba en buenas ideas hacia ella por su desconocida identidad.
—Solo tómatelo con calma. —dijo con una tono más suave y sólido.
Nuevamente se quedó en silencio, pero con la diferencia en que ella tenía una mirada mucho más recta y tranquila.
Por supuesto que no estaba cómoda aún con el tema que estaba por tratar, a ninguno de los dos le pareció algo de lo cual podrían en tomar a la ligera, mucho menos ella por su estado actual. Todo lo que él haría para ayudarla dependería solamente y únicamente de lo que ella hablaría. Solo le hacía falta información personal lo suficientemente necesaria llevarla a donde ella estudiaba o vivía.
Prosiguió a inhalar y exhalar. Lo hacía una y otra vez hasta estar lo suficientemente en total calma mientras dirigía una mirada un poco dudosa hacia Boruto, sin embargo, eso no quitaba también esa expresión seria que comenzó a mostrarse.
A ningún le había importado ya el desayuno que se había preparado. Estaban mucho más nerviosos que llegaban a opacar todo el hambre que sentían antes. El revoltijo en el estómago ya no era por la falta de alimentos que faltaban en consumir, sino por el pánico de hacia donde podría dirigir sus acciones luego de lo escuchado por ella.
Se mostró ya segura y calmada. Era la hora de que Sumire hablara, lo sabían ambos con solo ver como ella dejó de estar un poco densa. Sus ojos reflejaron el brillo del sol de la madrugada y de la confianza que estaba siendo presente.
—Primero que nada, sigo sin saber muy bien cual es mi nombre completo, así que, me disculpo de antemano. —se agachó la cabeza.
Buscando el perdón de que sus primeros resultados fueran malos, esperó que Boruto no se sintiera un poco decepcionado.
—D-Descuida, no tienes que preocuparte si aún no sabes tú nombre. —respondió con calma mientras trataba de tranquilizar a la chica.
—De acuerdo...
Se alegró de que ella no se le fuera desvaneciendo la confianza de seguir hablando, sino fue todo lo contrario cuando ella miraba por unos momentos la televisión y el pronóstico del clima, el cual advertía un día lluvioso el día de hoy.
No tardó mucho para que volviera Sumire a tener la vista hacia el frente en donde se encontraba Boruto, por lo que después fue comenzando a volver hablar.
—Cuando caminaba afuera me había dado un recuerdo de unas cosas... No eran nada de donde soy, pero cuando veía a algunos chicos y chicas interactuando con algunas de aquellas habilidades que tenían, fue donde allí pude recordar poco a poco unas cosas que fueron dándome una idea de todo lo que está pasando.
—¿De lo que está pasando? —preguntó un tanto conflictivo por las palabras de la chica.
Sumire hizo una pequeña pausa. Quería en asegurarse que Boruto estuviera más que abierto a las palabras que ella decía. Lo veía confundido, pero aún así la expresión del joven Uzumaki le decía que continúe.
—Los "dones" de los que tú hablas, la gente que interactúan con ellos, está ciudad que está hecha para todos los jóvenes como tú me dijiste. Todo lo que hay aquí me hizo en recordar una cosa.
—¿Una cosa? —repitió las mismas palabras, pero nuevamente puso su atención en la chica y sus facetas—. ¿Qué clase de cosa?
—Ninshū.
—...¿Cómo?...
Su mente comenzó a tener unos pequeños problemas de seguimiento en cuanto oyó una palabra que no entendía o sabía. Era algo de lo que no comprendía muy bien al oírla, ni siquiera saber de lo que hablaba la pelivioleta a continuación.
—Es una palabra que me llegó a la mente. No entendía muy bien lo que me quería decir cuando lo recordé, pero en cuanto supe que era algo que me llegó a la cabeza quería más respuestas, necesitaba poder recordar más.
—¿Y lo hiciste? —preguntó Uzumaki al mirarle con curiosidad.
No hubo una respuesta por unos momentos o segundos, pero ya viendo la mirada de la chica podía intuir que si había logrado su cometido, o al menos lo que ella haya podido en recordar.
—Todo la gente que usa estos "dones" es a lo que se le llama Ninshū —dijo—. No es como una habilidad o físico, sino es algo que es más espiritual.
—¿Espiritual?
—Bueno, no estoy muy segura en como dar una explicación, ya que no recuerdo muy bien en como funciona. Aunque puedo en decirte que es importante para poder evitar a las amenazas que quieren robarle a la gente su conexión con el Ninshū.
Hizo una pequeña pausa mientras miraba nuevamente la televisión. Se veía un poco más calmada, pero preocupada de que el Uzumaki no le fuera siguiendo el ritmo de la conversación, ya que estaba muy continua con la información que le había llegado a su cabeza.
—Todas las habilidades que la gente posee no es más que la conexión de su cuerpo físico con el Ninshū, y eso los fue llevando a que luego tuvieran estos "dones" como lo hacen llamar. Esta reacción entre la fuerza de tu cuerpo físico y de lo espiritual de lo que es el Ninshū se le llama chakra. Esta reacción no hace más que hacer posible el uso de habilidades de los dones de la gente que poseen.
—...
—Además, como ya te había dicho, hay amenazas que quieren robar el Ninshū de la gente, y lo más seguro es que lo harán en esta ciudad. Lo más seguro es que casi todos son blanco y en cuestión de minutos llegarían a afectar a todos —miró a Boruto con preocupación y le mostró una expresión dolorosa y fruncida—. Boruto-kun, creo que deberías tener cuidado. ¡No me gustaría que te pasara algo!
—...
Si había una palabra para describir todo lo que había oído Uzumaki Boruto, no era más que "demencia". Si, posiblemente había sido la más razonable de muchas, o la más suave que se le ocurría para la pelivioleta.
—Básicamente, dices que existe esa clase de amenaza del bien y el mal, en el cual ese mal quiere arrebatarle a las personas esa energía espiritual que se maneja para hacer un mundo mejor, ¿me equivoco? —preguntó Boruto de manera inexpresiva.
—Si, así es.
—Y lo que nosotros usamos no es más que solo habilidades "espirituales" como lo usan los shamanes, ¿no?
—No sé que son shamanes, pero lo primero que dijiste es cierto. Además, cualquiera puede hacer muchas cosas. Es un evento sobrenatural que muchos desconocen y que debe tomarse en cuenta. —habló mientras sonreía levemente.
Imposible de tragarse eso. Si se tratara de una persona ordinaria que cree firmemente en la magia, fantasmas, espíritus o cosas sobrenaturales, estaría gritando a todos los cuatro vientos que está maravillado, pero eso era imposible.
Los poderes sobrenaturales dentro de esta Ciudad Academia son bastante normales, pero con la diferencia que es estudiado por la ciencia. Todo puede ser explicado por ella, así que ¿Quién puede negar su existencia?
No es que no le gustaría en no creerle. Solo que no puede hacerlo. Todo sonaba muy fantasioso, como si de un manga o novela ligera de tratara. Además, para alguien que solo maneja el conocimiento de la ciencia, esto no era más que una fantasía que provenía de una niña, una niña que tenía el cuerpo de una joven de 15 o 16 años de edad.
—Entonces... ¿Tú cómo crees que fuiste terminando con esa herida en el callejón?
Había decidido en hacer un pequeño desvío en el tema, mientras miraba las expresiones no ocultas de la joven pelivioleta.
—Supongo que por esa ellos. Quería en robarme mi conexión con el Ninshū, pero tal vez no lo lograron, pero me hicieron daño.
—¿Ellos?
Uzumaki repite esto de manera confusa. ¿El "atacante" es una organización? ¿Un grupo? ¿En verdad sería ese el caso? Su intriga solo iba en crecimiento cuanto más lo pensaba; todas las posibilidades, rutas, opciones, resultados, etc. Todo estaba mucho más estresante que cuando la había conocido en estos días.
—¿Son acaso una especie de gente que está loca de la cabeza? —preguntó en voz alta por accidente.
—...¿Acaso te estás burlando de mí?
Él sintió la adversidad y enojo de la chica, manteniendo unas dos mejillas un poco infladas por la ofensa que le estaban dando.
—...lo siento, es que para mí es imposible lo que me dices. Realmente no puedo creer en la existencia de cosas espirituales o también en cosas sobrenaturales sin lógica. Créeme que estoy familiarizado con los "poderes extraños" como la piroquinesis, magnetismo, fuerza sobrehumana o la visión psíquica, pero espirituales... Eso no lo puedo creer.
—Realmente no entiendo de que estás hablando. —bajó la cabeza con decepción.
—No tienes que entenderlo —se presionó la cabeza para soportar el leve dolor que fue presentándose—. Simplemente digo que sin ninguna duda los super poderes son reales.
—Entonces, ¿Por qué lo que dije no cuenta de que tengan habilidades...? ¡No hay duda de que es real! —exclamó la joven.
—Ya te había comentado de como es que se originó toda esta ciudad y porque, ¿o acaso lo olvidaste?
El rostro de la chica había comenzado a apagarse hasta quedar con la cabeza baja mientras solo se presionaba mucho cuando comenzó mover de un lado a otro los palillos para almorzar, pero no agarraba la comida del plato, solo dibujaba círculos en la mesa con ellos.
—En serio te digo la verdad. —comenzó a sonar un poco desesperada y con la cabeza abajo
Boruto notó que ella realmente quería que él reconociera sus palabras y queriendo que éste fuera a admitir que decía la verdad sin importar qué. No quería hacerla sentir muy mal por lo que había dicho, ya que no quería en ser muy mal educado cuando ella le contaba sus supuestos recuerdos de lo que ella había olvidado.
Reconsideró un momento si ella estuviera mal de la cabeza antes de perder la memoria y de encontrarla en el callejón. Es posible que había escapado de algún centro de ayuda para ella y se escapó. Sin embargo, esa opción quedó descartada cuando fue recordando que el estado de ella había sido muy grave, por lo que dudaba que alguno que trabajara en un lugar para ayudar a la gente de cabeza le fueran haciendo daño, incluso hasta el punto de dejar a alguien cerca de la muerte.
Ella era una buena chica, lo sabía bien, y por eso le pesaba mucho en verla como una persona rara y mentalmente inestable de la cabeza. Por ello, decidió en darle una oportunidad para que no se viera así.
—Muy bien, entonces dime: ¿Puedes hacer una demostración? ¿Puedes hacer algo que solo ese chakra o Ninshū pueda hacer y la ciencia no? Trata de hacerlo enfrente de
mí, y tal vez te crea.
—...
Por supuesto que no tenía respuesta alguna o prueba. Lo podía decir, pero tampoco iba a ser algo válido si no se demuestra.
Honestamente para Uzumaki todo lo que había dicho Sumire era ofensivo para él. Ya llevaba muchos años esperando a que su don se le fuera manifestando, ya que hasta cierta edad es cuando comienza uno a tenerlo, pero él era diferente y no ha habido ningún cambio en su cuerpo, incluso en sus amigos.
Todo este cuento de que los dones eran una especie de cosa sobrenatural era algo de lo que él no podía estar muy calmado. Como si todo fuera mentira. No quería sentirse muy excluido con esto, y si fuera verdad lo que ella dijo, entonces él no tenía nada de lo que pueda ser especial como la gente, eso lo hacía sentir más excluido al mundo de su propia generación.
Miró de nuevo a la chica y parecía bastante decaída, lo que puso un poco de peso en el corazón del chico. Podía soportar y dejarse llevar por cualquier cosa, pero en hacer llorar a una chica no era algo de lo que él le gustaría estar orgulloso.
Su padre siempre le decía que nunca se le debe hacer llorar a una mujer por nada en el mundo, ya si fuera una desconocida o no. Un hombre siempre tenía el deber de darles el apoyo correcto.
Tomó sus propios palillos que tenía en frente suyo y comenzó a hacer sonidos con ellos cuando agarró su almuerzo, captando la atención de ella que le miró con un poco de temor.
—Por ahora olvidemos todo lo que acabas de contarme. Ya luego sabremos que hacer con tu memoria, así que por lo pronto me gustaría que almorcemos, ¿si?
No parecía muy convencida, como si en serio le gustaría seguir con el tema, pero tanto ella como él sabían de que no era lo mejor, por ahora.
—O-Okey...
Su respuesta fue corta e indecisa, pero si había captado muy bien las palabras de Uzumaki, comenzando a hacer lo mismo ya que también había comenzado a tener de vuelta su hambre.
—Y otra cosa, prométeme que no te irás hoy a otro lado, no me gustaría que vuelvas a estar fuera mucho tiempo —comentó Boruto con el ceño fruncido—. Me gustaría que te tomes un descanso hoy.
—S-Si, está bien...
Su mirada seguía igual. El pésame que sentía Boruto hacia ella sobre su falta de conocimiento o estado mental. Era muy preocupante, sin mencionar que también inquietante, pero aún así no tenía duda de que era una buena chica.
—Escucha, Sumire-san —le habló con simpatía mientras le dedicaba una sonrisa que expresaba confianza—. No quiero y tampoco tienes que preocuparte. Pase lo que pase voy a estar aquí contigo y nunca dejarte si tienes problemas. Eso es algo de lo que hablo en serio 'ttebasa.
Es lo que menos podía hacer con ella. No tenía a nadie quien podía ayudarla, solo él y nadie más. Sabía que no estaba cualificado para tener la responsabilidad de cuidar y ayudar a una chica de su misma edad, ni siquiera podía cuidarse de si mismo en sus condiciones económicas normales, pero aún así no podía dejarla sola a que cargara con mucho ella sola.
Seguramente habría hecho lo mismo su padre en estás circunstancias. Posiblemente le diría que hiciera lo que acaba de hacer. No pudo evitar escaparle una sonrisa en su rostro.
Él observó a Sumire asintiendo mientras movía su almuerzo sin razón aparente volviendo su vista hacia el joven pelirrubio. Por mucho que tenía su inquietud de seguir afuera, decidió en hacerle caso. Se le veían en sus ojos llenos de culpa por haber estado mucho tiempo afuera sin avisar.
Boruto le sonrió en cuanto la vio dar sus primeros bocados en el desayuno, cosa que le alegró al chico, pero en cuanto a la joven pelivioleta fue tosiendo un poco por los condimentos concentrados que habían en la comida.
—L-Lo siento, de nuevo hice un desayuno muy difícil de consumir, ¿no?
—N-No, no hay problema...
Si hay algo de lo que estaba decepcionado Uzumaki eran sus pésimas de habilidades culinarias. Ya lo había comentado antes hacia ella; solo sabía hacer curry. Decente, pero nada que fuera de lo más maravilloso que se pueda comer.
En el peor de los casos en que deba de tener que expandir el tiempo de la estancia que estará Sumire en su departamento, no tendrá más remedio que aprender a cocinar.
***
—Como siempre me sorprende mucho lo habilidoso que eres, Boruto. Aún así, no quiero que una simple lesión o enfermedad te gane como para no venir a clases. Se un poco más defensivo en tu sistema...
Ahora mismo Boruto se encontraba parado por un lado de su profesora Senju Tsunade, la cual había sido la responsable de haberle mandado esa cantidad de tarea por haber faltado a clases, ya sea por estar enfermo o no. Nunca dejaba de ser ruda con todos sus alumnos, pero esto estaba claro que era para ayudarlos a superarse a si mismos.
Afortunadamente el día de ayer había podido en terminar toda la tarea que tomó como castigo, tanto él como su profesora. Ni una sola vez Sumire había vuelto a salir del departamento, más solo se había sentado a ver la televisión y leer algunos de los libros que su madre le había dado cuando comenzó a vivir en Ciudad Academia. Solo eran libros de novelas que ella había tenido de su padre y que de seguro le habría encantado leerlas, pero nunca ha podido echarles un vistazo por la falta de tiempo y valor.
Le preocupo por unos momentos a la chica por la mirada de duda que tenía con el tiempo que estaba allí sentada en sus dos actividades que había hecho ayer, pero no quiso en irse por tantas molestias en pensar en eso más que solo dejarla ser hasta que se sintiera más cómoda.
Cuando hoy tuvo que apresurarse e irse a clases le había dejado curry para que fuera comiéndolo más tarde. Claro, la dejó bajo llave para que ella no fuera a pasarle nada problemático y del cual pueda pasarle.
Aún estaba con sus dudas sobre quién o quienes habían ido a atacar a la joven, ese seguía siendo el mayor misterio sobre la mesa que tenía que estar pendiente, además de que estaba ese relato que ella había comentado. No es que no quiera creer en lo que había contado, pero era algo de lo que no podía en tratar de influenciarse mucho por ello.
Necesitaba más pistas para saber cual es el pasado que esconde esa chica amnésica. No le gustaría estar involucrado en algo muy peligroso que podría implicar un terrible grupo terrorista.
—¡Escúchame cuando te estoy hablando!
Sin parpadear había sido sacado de sus pensamientos por uno de los monstruosos puñetazos de la mujer mayor hasta hacer quedar al Uzumaki contra la pared hasta hacer una grieta. No dejó más que muy inmóvil al chico hasta dejarlo sin poder moverse, quedándose en el suelo convulsionando por el dolor.
El resto de los profesores se acercaron para ayudarlo y otros calmando a la muy alterada Senju que seguía gruñendo del enojo por ser ignorada por su alumno cuando ésta estaba sermoneándole.
Suerte que se evitó algo mucho peor de que la pared fuera rompiéndose totalmente en el proceso.
***
Los dolores de la cara y todas las partes de su cuerpo le seguían retumbando como una corriente fuerte le erizaba hasta los huesos. Por suerte le habían dicho que estos estaban intactos gracias a unas de las habilidades curativas de una de una profesora, el resto se había encargado como siempre a la que estaba encargada de la enfermería de la escuela.
Se le aplicó un poco de tratamiento hasta esperar luego de que volviera a estar en buena forma en poco tiempo para sus siguientes clases. Una suerte de que las primeras dos no le contarán falta, al menos lo podía tomar como una muestra de disculpa por parte de su profesora.
Reposar ahora era lo que estaba ahora en su alcance hasta poder moverse como normalmente hace. Además, tenía que seguir estando en vigilancia para que no vaya a ser un sobreesfuerzo en querer irse a su aula.
—Me sorprende mucho que te muestres muy obediente.
Boruto oyó en como le hablaron desde el otro lado de la enfermería. Él que miraba desde la ventana algunos estudiantes en sus clases de educación física lo había puesto tranquilo, sin embargo, se desenfocó al ver a la mujer que le atendió con una expresión neutra, pero se le veía sorprendida.
—Bueno, Ada-san hizo lo posible para que esté en buenas condiciones. No me gustaría menospreciar ese esfuerzo con irme 'ttebasa.
—Solo hago mi trabajo, además de que me sorprendió mucho que llegaras hoy de esta forma... —comentó extrañada.
—S-Solo pasó. Haha.
—Uno nunca sabe que harás a continuación de vez en cuando —suspiró—. Algunas veces deseaba que lo primero que hicieras al llegar a la escuela sería en verme... pero tampoco deseaba de esta forma.
—N-No diga eso... Me hace ver como un cretino de alguna forma. —contestó Boruto con una sonrisa amarga e incómoda.
El ambiente comenzó a sentirse incómodo, además de vergonzoso por las palabras que la mujer decía. Volteó nuevamente su vista hacia afuera, buscaba una forma de pasar a un siguiente tema de conversación por lo menos en frente de Ada, pero no se le ocurría nada por el momento, así que solo suspiraba en respuesta a sus fracasos intentos.
—Se ve que te gusta mucho ver a las chicas con uniforme deportivo, ¿no?
—¡N-No, claro que no! —respondió con un sonrojo.
—¿Sabes? No me importa probarme algo así si así lo quieres —se dobla la piernas para sentarse mejor en su silla—. ¿Te gustaría?
Una respuesta común para esta clase de situaciones en las que un hombre tendría en su presencia sería uno positivo. Por supuesto que le gustaría vivir el sueño de todo hombre tener una vista esplendorosa de una mujer atractiva con uniforme escolar deportivo.
¿Lo jugarían si dijera que si? ¿Qué clase de consecuencias ocurriría si fuera a tener ese acuerdo? Demasiadas preguntas y todas intrigantes, como también peligrosas. Aunque, no podía evitar pensar en lo muy provocativo y tentador que era. Estaba en un dilema de si declinar o no a la oferta.
Era un chico después de todo, así que, ¿Por qué no aprovechar la distancia del sueño de todo hombre? Sentía la urgencia de tener una recompensa luego de todo lo acontecido en estos días.
—¿Ya estás despierto Boruto? —se escuchó una voz afuera de la enfermería.
Bueno, por supuesto que las oportunidades tenían un periodo de tiempo para ser reclamadas.
Ambos miraron el abrir de la puerta para ver tanto a Shikadai como a Inojin entrando tranquilamente mientras pasaban su vista hacia el interior de la enfermería. Ambos observaron de reojo al Uzumaki, y pronto después a la mujer que los veía tranquila.
Solo duró unos cuantos segundos, pero en ese corto tiempo Uzumaki pudo ver un suspiro de malestar y deprimente en Ada mientras se paraba de su silla hasta llevar sus manos en los bolsillos de su bata blanca.
—Hola chicos —les habló dulcemente con una sonrisa—. Uzumaki-kun estará pronto para poder caminar.
—Muchas gracias por su trabajo, Ada-sensei.
—Descuida Nara-kun, es lo menos que puedo hacer —agradeció—. Aunque, lo que hizo ahora la señora Tsunade fue romper el récord de hacer traer a un alumno a la enfermería. A pesar de que ella es médico.
—Ya sabe como es, nunca puede controlar su temperamento. —respondió Inojin desde el lado del azabache.
La conversación comenzó a hacer que todo el ambiente extraño e incómodo fuera disipándose alrededor de Boruto, hasta llegar a tener mucha mejor relajación desde la cama en la que estaba sentado.
—Entonces... Chicos, ¿podrían cuidar del lugar mientras salgo por una bebida?
—Por supuesto, déjenos a nosotros. —dijo Inojin.
Ada caminó por su lado mientras se dirigía a la salida de la enfermería mientras le miraba a los chicos y posteriormente hacía el Uzumaki al final. Solo fueron unos cuantos milisegundos para notar como ésta le guiñó el ojo en cuanto abrió la puerta.
Ese gesto había conseguido provocarle al Uzumaki un sonrojo. No era como si fuera a caer ante los encantos de una mujer como lo es esa mujer —aunque realmente si lo haría en un porcentaje muy alto—, ya que esa clase de sentimientos los tenía ocupados en cierta forma.
Es en estos casos en los que desearía que fuera un poco más mayor para estar a su edad, y solo así la historia sería totalmente diferente.
—¿No es encantador que nos de un trabajo Ada-sensei? —preguntó Inojin —. Tal vez seamos sus estudiantes favoritos.
—Lo dudo —contestó Shikadai—. Ella es así con los demás, sin mencionar que no es la clase de mujer que le interese los hombres ahora.
—Pero también deseas que puedas tener al menos una oportunidad con una mujer como ella, ¿no?
—...
Su silencio decía más que mil palabras. No era de extrañar que hasta sus amigos fueran queriendo algo de ella. Casi muchos de los hombres aquí lo hacen por lo atractiva, pero no es como si fuera una nueva novedad.
Revisó la hora desde su celular y no había aparecido nada. Al menos se tranquilizó cuando no veía ninguna llamada desde su departamento, lo que indicaba que Sumire estaba bien por ahora.
—¿Pasa algo Boruto? —preguntó su amigo azabache mientras se acercaba.
Había estado ignorando por unos momentos al Yamanaka mientras pasaba por su lado hasta llegar a la cama de dónde estaba Boruto.
—¿Estás algo conmocionado por lo que te pasó? —preguntó.
—N-No, nada de eso... aunque la verdad si fue muy complicado. —contestó Boruto al bajar su celular.
—Bueno, eso te pasa por haber ignorado a Tsunade-sensei —habló el pelirrubio desde el otro lado—. ¿Qué estabas pensando como para no prestarle atención?
Una pregunta en cuestión que es demasiado dudosa para lo que Uzumaki Boruto puede manejar.
Volviendo su atención al problema de su asunto con aquella chica que tenía en su departamento fue pensando en lo que ella le había comentado, esa fantasía extraña que dijo que era "real", además de que eran parte de sus "recuerdos" que se suponía que había recuperado.
—Esto es un fastidio...
—Oye, ¿a qué viene eso? —Shikadai le fue extrañando ese comportamiento tan cansado de su amigo.
—Chicos, ¿puedo preguntarles algo?
Los otros dos miraron con extrañes al Uzumaki, no sin antes consultarse entre ellos donde sus miradas parecían muy intranquilos y curiosas por la mirada cansada y preocupada de su amigo. Asintieron, esperando por oír lo que les preguntarían.
—¿Alguna vez han oído algo sobre Ninshū o algo llamado chakra? —preguntó.
—¿Perdón?
—Suena raro, lo sé, pero quiero saber si alguno de ustedes lo han oído. —se tomaba en cuenta de lo muy raro que se sonaba a si mismo.
No soportó ver la mirada de sus amigos con indiferencia mientras trataban de dar con lo que quería saber Boruto. ¡Por supuesto que les costaría! No era un tonto, más o menos estaba así cuando lo oyó de Sumire, pero un poco menos hiriente —aunque no había mucha diferencia—, por lo que la culpa por haber herido a la chica por decir algo parecido a no creerle le era difícil de cargar. Aunque aún seguía con el mismo pensamiento de no saber si creerle o no.
—Para serte sincero, nunca he oído hablar de eso. Es la primera vez que lo oigo. —dijo el azabache.
No era de sorprenderse para Uzumaki, ya que no era algo de lo que alguien común sepa, ni mucho menos sus amigos.
—Yo tampoco he oído de ese Nin... de eso que dijiste —habló Inojin con dificultad mientras le daba vueltas al nombre—. ¿Es alguna clase de juego de palabras?
—O-Olvídenlo, no es nada... Solo lo pregunto por qué lo había oído en un libro 'ttebasa.
—¿Los libros se pueden oír? —Shikadai lo miró con el ceño fruncido.
—¡Deja de molestar! ¡Solo es un decir!
—Bueno, si tú lo dices entonces no importa tanto el tema, ¿no? —agregó el Yamanaka.
Claro, si ninguno sabía nada al respecto sobre esas palabras entonces no tenía ningún motivo más para seguir insistiendo con el tema. Solo le bastaba con confirmar más la condición en la que Sumire esté mentalmente.
Dejará las cosas en el aire por el momento, ya luego volvería a reanudar todo según lo que fuera recordando la joven pelivioleta con el tiempo.
Al final no ha conseguido nada más que solo respuestas sin sentido. Solo esperaba que el resultado sea totalmente diferente en algún otro momento. Al menos, intentaría en hablar otra vez con Sumire y preguntarle con más calma sobre lo que dijo.
No obstante, lo primero de todo fue en darse un descanso en cama.
—«Definitivamente los golpes de Tsunade-sensei son lo peor que puedas recibir...»
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Continuará...