Si lo pensaba meticulosamente, ellos se oponían a la caza, justamente cuando iban a entrar a las alcantarillas —Sumire aún seguía indecisa, pero por lo vio, ya estaba accediendo—. Esto le hizo darse cuenta de lo peligroso que era para los Zetsus en que fueran por allí.
No cabe duda, algo estaban ocultando en las alcantarillas. Su instinto se lo decía, no podía equivocarse. Podrían fácilmente en correr hacia allí, pero algo le decía que si se fueran allí no sería la mejor opción. Otra vez su instinto fue el que le hizo tomar mejor las decisiones.
No estuvo más que de acuerdo.
Cuánto menos lo esperaron los dos, ya habían aparecido otros más, pero la diferencia es, que habían unos un poco más grandes que los que habían visto normalmente. Tanto Uzumaki como también Sumire, quedaron atónitos a los Zetsus de un metro sumado.
—Boruto-kun, yo me encargaré de los que están un poco grandes. —sin pensarlo más, género agua en una de sus manos.
Las lanzó contra el más cerca, dándole directamente hacía la cabeza, pero la que había lanzado, siguió manejándola para seguir dañando todo el cuerpo del Zetsu, traspasando su piel como si nada.
Estos movimientos dejaron impresionado a Boruto, siguiendo con la vista en todo momento el control de agua que estaba maniobrando Sumire.
Sin embargo, siguió tomándole un poco más tiempo en atravesar completamente la piel de ese Zetsu, pero éste seguía estando de pie, soportando los ataques acuáticos de la chica. Aun no caía, y estaba seguro que eso seguirá tomando un poco de tiempo.
—«No voy a quedarme atrás.»
De un solo movimiento rápido, había sacado el bate que tenía guardado en la mochila que traía. La arrojó a un lado y con ambas manos sostuvo el bate. Su mirada había cambiado a una seria y fruncida.
Se abalanzó contra uno de su derecha. Solo a los normales como el primero que vio el lunes. Con sus manos fuertemente sujetas en el mandoble del bate golpeó en la cabeza al Zetsu. Lo mandó a caer hasta el suelo, pero lamentablemente no pareció hacerle mucho daño.
Rápidamente Boruto se reagrupó hacia atrás, mientras daba un salto para después dirigirse hacia el siguiente que estaba por su derecha. Esta vez optó por atacar por el abdomen, y así lo hizo, pero está vez con más fuerza lo golpeó, una y otra vez. No le importaba en tener que cansarse de los brazos, siguió hasta que no hubiera nada de resistencia del Zetsu.
Al siguiente golpe que asestó contra el rostro del Zetsu, tomó un poco de aire para relajar los músculos, además de recuperar un poco su aliento. Lamentablemente uno por su derecha lo atacó, y aunque Boruto lo bloqueó por instinto, recibió daño hasta caer de espaldas.
Uso su bate para bloquearlo, pero de un solo golpe había hecho grieta hasta romperse, quedando en dos partes.
—No es cierto —él se quejó del dolor, al igual que su sorpresa de ver el bate—. Oye estúpido, ¿Tienes idea de lo que tuve que gastar? Ahora tendré que volver a pedirle a mi madre de nuevo... Que vergüenza...
No tuvo tiempo para seguir quejándose. Dos Zetsus se lanzaron contra él, por lo que saltó hacia un lado para esquivarlos, aunque cayó mal hasta tropezar.
Optó por seguir luchando, pero está vez con el plan B en mente, uno en el que él y solo él conocía, pero Sumire no.
—¡Hya!
Golpeó la cabeza de uno de los dos que tenía de frente. Continuó su encuentro solo con puño limpio, esa era la única forma en la que se le ocurrió en seguir luchando, pero Sumire nunca le recomendó eso, después de todo, su piel resistía mucho a los golpes de una persona normal, lo cual casi no iban a sentir nada.
Aún si no sentirían nada de daño, seguiría hasta hacerles un poco de daño, en hacer que estás cosas fueran a dejar de atacarlo. Pedía y esperaba mucho, pero no le importó mucho, necesitaba de serle de ayuda a Sumire.
No tardó en hacer golpes certeros en la dura piel blanca de los Zetsus, pero sin ser muy efectivos, aún así los hacia retroceder, y tenían la ventaja al no sentir dolor.
Dio pasos largos hacia la derecha de uno y está vez fue utilizando patadas, haciendo que retrocedan. El siguiente hizo lo mismo, pero en vez de hacerlo retroceder fue más para darle patadas mucho más duras, con el fin de hacerle daño, cosa que no funcionó.
Un golpe, otro más, y siguió avanzando y haciendo que retrocedan poco a poco el Zetsu. Solo se enfocó en dejarlo aturdido por pocos minutos.
Por otro lado, Sumire siguió con los más grandes, usando sus habilidades de agua. Ya había derrotado a uno de los grandes, pero nada más a uno, ya que eran muy resistentes a sus ataques.
Todo sería mucho más fácil para ella si supiera dónde podrían en estar su punto de chakra más sensible. Aunque, de todos modos debía de seguir usando una y otra vez lanzando una cantidad media de agua desde la palma de su mano.
El cuerpo del Zetsu grandote salió volando a pocos metros de ella al haberle disparado a toda potencia con una bola de agua. Aunque, la parte mala de haberlo hecho fue en la cantidad de chakra que Sumire usó.
Le comenzó a dificultar un poco respirar, ya que su chakra se había gastado demasiado, mucho más rápido de lo que usaba en estos días.
—«Creo que necesito mucho más chakra para acabar con estos Zetsus. Son mucho más resistentes que los normales» —se miró preocupada mientras miraba a los otros dos que faltaban—. «Además, creo que tengo dispongo de tan poco chakra en mi cuerpo. Nunca creí fuera demasiado.»
Siempre tuvo la sospecha de tener tan poco chakra que había en ella. Algunas veces sentía que se sobre esforzaba demasiado para hacer al menos como máximo 5 bolas de agua, pero al ser mucho más grandes como máximo 3.
¿Será acaso otro misterio de su amnesia?
No lo descartaba, pero le aterraba mucho la idea de algo realmente serio fuera la causa de tener tan poco chakra. Sería eso, o tal vez porque nació así. Tantas dudas de su origen o quién era, y eso solo la ponía muy nerviosa con lo que tenía a su alrededor.
—¡Sumire-san!
Boruto se lanzó hacia la chica, poniendo todo su peso para adelante y así caer con más prisa, pero también puso su mismo cuerpo en medio para ella no recibiera tal daño al caer.
Dolía como no tenía ni idea. Ya pensaba que era muy inmune al dolor, teniendo en cuenta las veces que lo sentía por su profesora, pero caer de espaldas mientras tenía el peso extra de alguien más era muy doloroso.
¿Sería imprudente decirle a ella si ha comido de más mientras estaba en la escuela?
No, lo muy inteligente de todo es no meterse en los temas del peso, y más hacia una chica que tenía habilidades sobrehumanas que lo puedan matar.
—Boruto-kun, ¿estás bien?
—Lo estaría, una vez que este devuelta a mi cuarto descansando 'ttebasa. —contestó entre gemidos de dolor.
Había sido una caída mucho más dura de lo que creía. Nada parecido a las películas de acción. Benditos efectos especiales.
—S-Sumire-san... creo que debemos de hacer una retirada por ahora —continuó el Uzumaki mientras se levantaba—. Creo que son más difíciles. Además, me rompieron mi bate sin problema.
Él tenía la razón. Por mucho que le gustaría en continuar y seguir adelante, no podía, no ahora que las condiciones de los dos eran malas; no tener mucho chakra y con él sin algo con el cual usar contra ellos.
Pronto el plan de ataque pasó a ser de huida, tan pronto logró en pararse junto con Boruto.
—Crearé una apertura —dijo Sumire al momento en generar una bola de agua y la lanzó hacia el aire—. ¡Ahora!
La lanzó como se vio, ante la vista de todos los Zetsus que estaban allí, lo cual al poco tiempo después ésta explotó en el aire.
Puso a todos a la defensiva, pero no ocurrió nada de lo que podría ser un daño contra ellos. Un segundo, dos segundos, tres segundos, cuatro segundos. Nada ocurrió hasta percatarse de la presencia de los dos alejándose.
Sumire sonrió con un aire triunfante al ver por encima de su hombro hacia atrás a todos los Zetsus atónitos. Estaban muy paralizados, temblando por la conmoción.
Boruto corrió lo que podía mientras seguía con el dolor en su espalda, y sus piernas y brazos adoloridos, esto es debido a las veces en las que había golpeado y pateado a los Zetsus. Tenían su piel tan resistente que le dolía un poco.
—¡¿...?!
Boruto posó su vista hacia el frente con una expresión de asombro... y también de horror al ver un Zetsu salir del suelo. Se puso en su camino para evitar que estos se fueran, aunque también podría ser de que quería el chakra de Sumire y/o comerlo a él.
Lo último esperaba que no fuera el caso, y más cuando comenzó a sentir escalofríos de solo pensarlo.
En medio del camino, vio a su derecha un par de botes de basura metálicos. Eso aprovechó para pasar su mano allí sin detenerse, agarrando una de las tapas.
Lo fue usando como si fuera un escudo bien puesto para protegerse; esperando que su plan de ir a secos contra el Zetsu y empujarlo estaba bien.
—¡Fuera del camino!
Con un grito de guerrero, puso la tapa al frente, preparándose para el impacto.
Al chocar contra el Zetsu, la tapa que fue usada como escudo lo fue enojando, gracias a las fuerza del chico. Empujó mucho más, poniendo todo su peso y con los brazos estirándose lo mando hacia atrás hasta caer.
Tan pronto como se cayó el Zetsu al suelo, Boruto dio un brinco de felicidad al ver que su plan estuvo exitoso.
—¡Funcionó! —gritó a los cuatro vientos.
—Eso fue increíble —dijo Sumire por detrás suyo, siguiendo el ritmo, aunque un poco agitada por el gasto de chakra—. ¿Cómo sabias que funcionaría?
—N-No lo pensé, creí que así es como se podría quitar del camino 'ttebasa.
—¡¿Eeeeeh?!
—S-Se que es estúpido, pero es lo que se me ocurrió. —contestó en su defensa sin parar de correr.
—¿Estúpido? —comenzó a quejarse—. No fue estúpido, más bien, fue una locura de tu parte Boruto-kun.
Él tenía pensamientos un tanto extraños y locos. Eso lo ha podido aprender desde que comenzó a vivir con Boruto, pero jamás creyó que se atreviera a poner sus ideas locas en acción.
Lo había subestimado en sus impulsos tan drásticos.
—Es que, he visto películas de acción donde un tipo se enfrenta a cualquier amenaza con solo un escudo. Hizo esto y le funcionó. —se le brilló el rostro, admirando su acción y la de la escena.
—No imites cosas que veas en algunos lugares o de esas cosas que llamas películas.
—S-Solo es ficción, no es para que te lo tomes a la ligera —contestó Boruto.
—Si dices que es ficción, entonces. ¿Cómo o por qué lo haces en la realidad? —preguntó Sumire con los nervios en lo alto.
Comenzó a cuestionarse de sus actividades con Boruto; si fue buena idea de que él la acompañara en estas cosas. Siendo un chico con muy poca visión a la realidad, entonces, no solo los Zetsus eran una amenaza para él, sino para si mismo.
—Tu madre debe tenerla difícil. —suspiró mirando para un lado.
—¡¿Hah?! —ese comentario si le ofendió.
Le quería empezar a recriminar de lo que acababa de decir Sumire, pero tan pronto volteó para verla a ella su rostro se tenso y se puso de un color azul por su cabecera.
Su vista pasó por encima de ella y vio como los Zetsus que habían burlado, los estaban persiguiendo sin parar. Sorprendentemente los habían alcanzado a solo minutos.
—Será mejor ir más rápido. Nos están siguiendo todos.
Comenzó a acelerar el paso, corriendo por su vida y una expresión de miedo reflejada en su cara.
Esto por supuesto lo notó Sumire, a lo que también miró para atrás, y efectivamente, si estaban persiguiéndolos.
Tan pronto se alarmó Sumire, comenzó a correr mientras empezaba a chillar del miedo en que la alcancen. Parecían muy espeluznantes desde su ángulo, por lo que sin percatarse comenzó a correr más deprisa, llegando alcanzar a Boruto.
Al pelirrubio le impresionó mucho de lo rápida que puede llegar a ser Sumire, tanto así que, tal vez ella pueda ser muy buena en los deportes o en el atletismo si fuera de una escuela.
¿Lo será si perteneciera a una antes de su amnesia?
Se sacudió la cabeza, había perdido parte del tiempo en correr a pensar, y ahora notó que los Zetsus le empezaban a pisar los talones, pero se animó a correr más cuando dio ese pequeño susto.
—Boruto-kun, confío en ti —empezó a decir ella mientras juntaba sus manos—. Los podré retener, pero quiero que me cargues.
—¿Cargar? —preguntó Boruto.
Ella hizo oídos sordos, deteniéndose hasta encarar a los Zetsus, y mientras seguía con las manos juntas empezó a inhalar aire con fuerza.
Su acción pasó por sorpresa al chico, dándole un susto, además de la intriga por saber que es lo que pretende. Se apresuró en seguida a volver por ella, sin embargo, se detuvo en seco en cuanto vio como la chica se había posicionado.
Sumire aún con sus dos manos juntas, en una posición como si empezara rezar, pero claro, estaba seguro que ese no era el objetivo de ella. Aparte de eso, también se le vio que inhaló mucho más aire, hasta estar un poco más atrás.
Teniendo mucho aire acumulado, Sumire comenzó a expulsar algo de su boca. Resultó ser agua. ¡Había expulsado agua de su boca! No lo entendía muy bien, ni siquiera encontraba alguna lógica en nombre de la ciencia.
¿Acaso ella era alguna especie de tortuga acuática?
Sus ojos siguieron su técnica; escupiendo agua de su boca continuamente como si fuera una manguera de bomberos, pero con mucha más potencia. Sin embargo, todo fue más diferente y mucho más impresionante cuando vio al final de la técnica.
—«¿Hi...Hi...Hizo un muro de agua?»
Toda la potencia del disparo no había sido disparada contra los Zetsus, sino totalmente diferente. Sumire los había separado de ellos con un muro de agua que ella misma hizo con toda la que salió de su boca.
Las palabras le costaron salir de la boca del sorprendido Uzumaki. Lo que hizo era muy impresionante. No, decir "impresionante" se quedaba corto a lo que veía. No era nada normal a lo que una persona se acostumbra a ver, aún cuando estaba en una ciudad donde las personas podrían llegar hacer esto.
Sus impresiones no pudieron durar más de lo que él le gustaría, ya que, había visto como la chica había terminado de arrojar agua de su boca, para que después fuera cayendo boca abajo hacia el suelo.
—¡Sumire-san! —corrió hacia ella con mucha prisa.
Se acercó lo más rápido que pudo de la preocupación. Esperaba que al ver caído así, no se haya lastimado la cara o que su nariz no se le haya roto.
En cuanto se acercó a su lado, notó como la chica se encontraba en una situación con mucha delicadeza. No era un experto en la medicina, pero la forma en como le costaba respirar no era para nada normal.
Estaba agitada, respirando con dificultad, y no parecía poder hablar por ahora. Sin embargo, ésta le dirigió la mirada con un poco de esfuerzo. Le había recordado con esa expresión de lo que dijo antes; ella le pedía que se la llevara.
—Déjamelo a mi —comenzó a cargarla por su espalda y empezó a correr—. Espero que dure un poco más 'ttebasa.
Se giró para ver el muro de agua que seguía un poco más en el camino de los Zetsus.
Su instinto le decía que no mirara hacia atrás, que siguiera corriendo. No detenerse y solo enfocarse en su supervivencia junto a Sumire, la cuál estaba ahora vulnerable en su espalda.
Corrió todo lo que pudo y prosiguió en girar hacia la derecha de ese callejón estrecho. Si su memoria no le fallaba, tomaría la ruta más corta para salir a la calle.
***
Nunca había estado más que feliz por estar encerrado en su habitación, en su santuario más privado. Sin embargo, ahora estaba más que debilitado de los músculos, luego de haberlos puesto más allá de sus límites.
Lo único que lo hacía tranquilizarse era su suave cama, pero lamentablemente no se encontraba encima de ella, ese privilegio se lo otorgó a Sumire, la chica que estaba más mal que él.
A la mitad del camino se había quedado dormida. Pronto sus ganas de dormir también estaban, pero no podía cuando tuvo que cargarla hasta llegar a su apartamento.
Lo consiguieron a duras penas por sus agotados cuerpos. Aún así, estaba feliz por haber ayudado a la pelivioleta, no importarle si tuviera que usar su propio cuerpo para protegerla. Estaba seguro que su padre haría lo mismo, incluso eso es lo que alguien con gran fuerza haría.
Desde donde estaba sentado, se fue apoyando contra la pared desde el suelo. Allí observó a la chica durmiendo pacíficamente en su cama, su respiración ya había vuelto a ser estable y normal, pero eso no era algo de lo que lo hacía bajar la guardia.
Le preocupaba que fuera a empeorar de nuevo, por eso no ha querido dormir. Se decía a si mismo tener el deber de vigilar y estar atento a todas las entradas de su apartamento; ventanas, puerta, todo donde pueda ingresar un intruso.
Preocupado por la situación, sostuvo con más firmeza el cuchillo que tenía en su mano, preparado por si algún Zetsu los haya seguido, o en el peor de los casos serían todos los que estaban allí.
Volvió a mirar a la chica que yacía en la cama, viéndola completamente absorto de lo que había presenciado anteriormente con las habilidades de ella.
Sonrió por instinto, recordando en como Sumire lanzado una bolas de agua mucho más grandes, hasta incluso de como ella podía escupir un chorro de agua tan potente que hasta podía hacer un muro de la misma corriente.
—Esa apariencia suya... Realmente con ella las apariencias engañan. —dijo Boruto entre bromas.
Pronto ese buen humor había cambiado a uno contrario. Su sonrisa se desvaneció y solo la impotencia le llegaba como mal sabor a su paladar.
Lo anterior y lo que estaba haciendo, no eran muy comparables. Se había decidido en ayudar, aunque su cuerpo fuera el más lastimado, ya que ese es el papel para alguien que tenga mucha fuerza. Sin embargo, ese no había sido su caso.
Había descubierto la muy poca ayuda que había sido esta vez. No, de echo, ¿para que debía de auto engañarse? Las 2 veces que habían cazado Zetsus desde el lunes, ella era quien hacia todo el trabajo, él no.
Solo era un mero estorbo para ella, ya que no era más que un civil con todas las letras. No podía poseer nada más que solo palabras vacías, unas que solo eran una carga para él y no tenía excusa para eso.
—Si tan solo tuviera un don... podría ser más ayuda... —levantó la mano extendida hacia el aire, sumergido en sus pensamientos mientras le comenzaban a pesar los ojos—. ¿Acaso no hay nada que yo pueda hacer?
El sueño se hizo más fuerte, llevándolo a sus párpados, los cuales se fueron cerrando de poco a poco. Su mano dejó de tener fuerzas para seguir moviéndose por el cansancio. Se recostó más contra la pared.
Al final, en solo cuestión de segundos toda fuerza suya se había ido completamente. Todo terminó hasta que quedó completamente dormido.
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Continuará...