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Chapter 13 - Pequeños descubrimientos

Dije que entrenaría, pero no tengo ni idea de cómo hacerlo con mi poder, así que empecé por lo básico. Aumenté la exigencia de mi ejercicio de siempre e investigué sobre poderes similares al mío de los archivos públicos.

Al parecer los poderes de kinesis son bastante raros. Pyrokinesis, Fitokinesis, Electrokinesis, la lista seguía y seguía pero en ningún momento ví Ergokinesis... ¿Sistema?

[- Ergokinesis básica: El poder de manipular la energía en sus formas más básicas.]

Dice energía pero no me dice de cuál. Generé una llama dorada en la palma de mi mano y jugué con ella mientras pensaba, esta llama viene de mi propia energía interna y cuando creé la explosión en el barco se creó fuego al contactar con la madera. ¿Acaso se comporta como cualquier energía?

Probando la hipótesis tomé una hoja de papel y la coloqué sobre la llama dorada, al principio no pasó nada, pero mentalicé la llama con algo caliente, como fuego al igual que en el barco. Después de unos segundos el papel se empezó a chamuscar y finalmente se prendió en llamas. Probando mas cosas puse dos de mis dedos frente al otro y pensé en otra cosa, pequeños rayos se formaron y conectaron las puntas de mis dedos, aunque no duró mucho antes de que me sintiera cansado y tuviera que parar. Parece que dependiendo de en que quiera transformar la energía consumirá mas o menos de mi aura... Debí imaginar que una corriente eléctrica me dejaría exhausto.

Me distraje un momento por el sonido en mi cama, Nayen se había estirado por todas las sabanas y estaba roncando como un snorlax de nuevo, creo que esta noche dormiré en la silla. 

Me acomodé en el respaldo y dejé que Morfeo me llevara al otro lado.

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Maldigo a la alarma del teléfono. Luchando contra el suelo y el dolor de espalda tomé el artefacto y leí la etiqueta, se supone que me pedí el día para.... ¡Oh mierda!

Me caí de la silla al recordar lo que tenía que hacer tan temprano ¡Tengo una cita!

Sobándome el golpe en la cara que me di contra el suelo me levanté y corrí a la ducha, me vestí casi cayéndome de nuevo tratando de ponerme los pantalones y después de diez tediosos minutos ya estaba arreglado para salir. Me despedí de Teff y Lumagrowl quienes se habían despertado por el alboroto, a excepción de la vulpina que seguía babeando mi almohada. Guardé mis cosas importantes en el hammerspace y salí con un portazo.

Tras un buen rato de andar en transporte público llegué a la plaza central donde me estaba esperando una chica de cabello rojizo y tes clara con pecas finas, apenas me vio me saludo con energía y nos abrazamos.

- Hola  Cindy, perdón por posponer la cita pero...

- Tranquilo, vi lo que pasó en las noticias. ¿Cómo te encuentras? 

- Bien, ya estoy mucho mejor, pero no hablemos de eso ahora 

Haciendo un ademan saqué una flor de la nada y la coloqué en su cabeza, un crisantemo. Con eso la hice sonreír.

- Es mejor disfrutar nuestra cita. ¿No? 

- Jeje, tienes razón, bobo 

Con nervios le ofrecí mi mano, ella la tomó sin dudar y caminamos por la plaza. El resto del día fue bastante placentero, comimos en un local callejero, contamos historias y la pasamos bien en general, aunque hubo algo que me preocupó cuando un vigilante pasó por las calles.

- Ugh... Vigilantes... 

- ¿No te agradan?

- ¿Por qué lo harían? Se las dan de heroes pero no respetan la ley, son a lo menos un estorbo

- No es tan malo... ayudan a mantener el crimen nocturno abajo, ya sabes, porque la mayoría de los heroes son diurnos

- ¿Los estás defendiendo? 

- Solo digo las cosas como son 

La vi resoplar y mirar a otro lado, aunque se le pasó en unos minutos... Me pregunto como reaccionaría si se entera que soy uno de ellos. Después de un buen rato volvimos a la plaza de donde partimos, con los estómagos llenos y un par de recuerdos en forma de peluches de arcade.

- Ya se está haciendo tarde

- La pasé muy bien hoy Aaron, espero que pueda repetirse 

Nos despedimos con un beso en la mejilla y cada quien tomó su camino con una sonrisa.

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- ¡Digimental Up!

Con un brillo Renamon evolucionó a Lighdramon y partimos del techo a hacer una patrulla habitual. Solo me quedan un par de heridas superficiales, así que logré que Nayen accediera a dejarme ir con la condición de que no haría nada muy peligroso. Me subí a su lomo y comenzamos a andar por las calles y techos.

- Entonces... ¿Como te fue con Cindy? 

- ¿Como sabes que?- 

- Siento su olor en ti, anduvieron pegaditos ¿No?

El tono con el que lo dice me pone nervioso, pero de nada sirve negarlo. Le conté como fue la cita mientras hacíamos patrulla y peleábamos con amenazas menores, goblins, espectros chacarreros y algún ladrón confiado.

- ¿Que crees que pase si se entera que eres un Vigilante? 

- ¡Eso pensé yo! Probablemente no me vuelva a hablar o en el peor de los casos me denuncie, es mejor no decirle nada a nadie 

- Tanto ella como tu madre se van a enterar tarde o temprano, no siempre tendrás excusas convenientes para tus heridas

- Ese es un problema para el yo del futuro 

Nayen solo rodó sus ojos ante mi comentario mientras escupía el hueso de un pedazo de carne asada que estábamos comiendo en un tejado. La noche ya estaba avanzada y la actividad de las calles disminuía cada minuto. Me levanté y me di la vuelta listo para irme a casa, o ese era el plan.

- Espectro Azul

- ¿Terasu? Que- Que haces aquí 

- Tenemos que hablar. ¿Sabes el por qué te llaman el vigilante mas débil? 

- Porque no suelo usar monedas oscuras, por ende piensan que no tengo ninguna a mi nombre, por ende que soy débil

Respondí de manera ensayada, después de mi fiebre de compras en el subsuelo era cuestión de tiempo que levantara sospechas, aunque no esperé llamar la atención de uno de los vigilantes mas poderosos.

- Parece que lo tienes claro... ¿Entonces por qué aun no haces nada al respecto? 

- No lo veo necesario, las secretarias conocen mi verdadera fuerza así que puedo hacer misiones

Pude sentir su mirada detrás de la mascara de Asura que cubría la parte superior de su cabeza, analizándome... Hasta que se acercó mas y sonrió con su boca expuesta.

- Combatamos 

- ... ¡¿Qué?!