Unos segundos antes de que la persona que viajaba en una diligencia cayera del cielo, Taiz lanzo un potente ataque con su espada hacía Belford. Belford desplegó unos de sus guantes; los cuales guardaba en forma de adorno algo pequeño en cada una de sus manos.
— ¡¡toma esto!!
Aunque Taiz puso mucha fuerza en ese ataque, Belford detuvo el impacto con mínimo esfuerzo a una sola mano, en ese instante por fin cubrió su mano con uno de sus guantes.
— ¡¡¡quee...!!! ¡lo detuvo con una sola mano!
El impacto no daño a Belford, sin embargo, si pudo afectar a los árboles que se encontraban detrás de él. Los demás de su grupo que se encontraban detrás de Taiz fueron testigo de las capacidades de este individuo. Belford había usado además de sus guantes, magia protectora a su alrededor para no recibir ningún tipo de daño.
—imposible... ¿cómo lo pudo detener...?
—me siento muy desconcertado, ¿cómo fue capaz de detener ese ataque? ¡¡y con una sola mano!!
Después de todo eso, la persona que cayó del cielo se presentó con una entrada por demás incidental, cayendo a pocos metros de donde se encontraban todos y que Belford y también el grupo de Taiz vieron; era una chica de estatura baja, de aproximadamente 1.60 metros de altura, de complexión delgada, sus ojos de color verde aguamarina, pelo rojizo como la mandarina y de piel clara. Al lugar también llegaron miembros de los caballeros reales quienes detuvieron todo.
— ¡¡que...!! ¿que fue eso...? ¡¡y ustedes...!! ¿que se supone que hacen? Recibimos informes de que se encontraban peleando en la plaza hace unos minutos. ¡¡Se supone que deben de cuidar de los ciudadanos!! ¡¡no asustarlos!!
Belford y Taiz se apartaron uno del otro. Taiz mantenía una postura de batalla mientras que Belford estaba tranquilo sin ninguna intensión por atacar de nuevo.
—lo sentimos mucho, pero... ¡¡esta persona nos atacó...!!
— ¡eso, es más o menos lo que paso...! ─Tamita seria quien le hablaría a la persona que le había dicho que pararan, posterior a ella, el capitán del grupo de Taiz hablo, el caballero era Andrica, una miembro de los caballeros reales.
— ¡¡solo lo hice porque ellos atacaron a una mujer sin razón!! además, intento cortarla en dos con su espada.
Belford entonces le contó a Andrica su propia versión de la historia y cuál había sido el motivo de la pelea.
—la ataque porque se veía muy peligrosa... y no la pretendía matar, solo quería que revelara sus verdaderas intenciones. ─Taiz también dio su razón por la que ataco a la mujer.
— ¡Y a todo esto...! ¿dónde está la mujer de la que hablan?
Andrica les pregunto a todos en donde estaba la mujer por la que todo ese alboroto había sucedido, sin embargo, nadie supo donde se había ido.
—bueno... no los sé... —Taiz no supo por dónde se había ido.
—tal vez, se fue con el alboroto...
La persona que cayó del cielo se presentó ante todos los que estaban ahí mientras aún se encontraban dialogando.
— ¿¿ya terminaron con su show??
— ¿¿¿Lulú...??? ¿tú... qué haces aquí...? —Belford se preguntaba ¿por qué ella se encontraba en la ciudad? al parecer le parecía extraño.
— ¡¡pues porque soy la persona con la que te encontrarías en la plaza!!
...
—de todos los miembros de nuestro grupo ¿tenías que ser tu...?
—te lo diré luego, la respuesta tal vez no te agrade.
—bien... ¡como sea...!
—y ¿puedo preguntar quiénes son ustedes dos? —Andrica pregunto a Belford y Lulú quienes eran pues hasta ese momento no tenía ni la más remota idea.
—disculpe... yo soy quien recibirá el contrato que su reino pidió hace dos noches atrás y este hombre es uno de los nuestros. Aquí está el sello real de la carta solicitando nuestros servicios.
—es cierto... se trata del sello autentico. ¡disculpe por todo lo sucedido...! ¡no era nuestra intención el causarles molestias! ¡¡a demás!! ¡¡tengo ordenes de escoltar a las personas que llegarían desde Marviran con la solicitud que envió nuestro reino!!
—si... no se preocupe, no tenemos ningún problema.
—se llama Lulú, ¿cierto?
—así es...
— ¿Y su compañero es?
—él... es Belford...
— ¡hola! me llamo Belford.
— ¡hola mucho gusto! Y necesito que me acompañen, yo los escoltare al palacio.
— ¡al palacio... eh...! no sabía que era un asunto del reino...
—no queríamos decirte... perdona.
—pues ya que...
Andrica les hablo al grupo del Héroe que los acompañaran.
— ¡¡ustedes!! ¡¡también deben de venir con nosotros!!
» Bien... «