─bien, creo que pronto llegaré, espero no tardar tanto en llegar a la capital; este día me trae recuerdos, todos los años me pasa igual...
Belford se encontraba caminando hacia la capital, también volteó a ver sus manos en donde normalmente tenía sus guantes.
─Los guantes que en un principio no me los podía quitar, poco después de alcanzar el segundo recurso, fue cuando descubrí la manera de ocultarlos, por eso ahora ya no son tan llamativos, fue algo conveniente el haberlo descubierto. Otra cosa que descubrí es que los guantes permiten curar casi cualquier herida, además de eso obtuve una fuerza increíble, así como mucha más agilidad. ¡Bien, ya casi llego!
Poco después de una hora de camino, ahí estaba, la capital del reino de Alders, la ciudad era algo grande. Actualmente, era habitada por unas 580,000 personas, muchas de las cuales llegaron a esta región a causa de los diferentes conflictos de Greifeld.
─ ¡¡si...!! ahí está... algo que note de las ciudades y personas de este mundo fue que los invocados influyeron bastante aquí, de las culturas y costumbres de sus lugares de origen, otros también trajeron objetos que tenían al momento de llegar aquí. Eh sabido poco de las razones reales, del porqué personas llegan de otros mundos a este, ¿qué es el Dios de Greifeld? Fue una de las cosas que siempre quise saber, me parecía muy misterioso, trae personas ¿pero por qué? Es algo extraño, ¿es por un mero capricho acaso? o quizá porque tenga algo planeado. Lo llaman de múltiples maneras; el gran maestro, el maestro creador, el celestial de la creación, ¿por qué exactamente hoy me tenía que acordar de eso?
Belford había investigado mucho sobre este mundo y al parecer supo algunas cosas del Dios que regía ese mundo. Su aventura se hacía cada vez más larga mientras buscaba lo que de verdad quería encontrar.
─bien, antes de llegar a la plaza, pasaré a visitar a un amigo.
Belford se dirigía a la plaza, aun así, decidió tomarse un momento. Cuando estuvo antes en la ciudad capital de Alders años antes hizo algunas amistades.
Bar y Comedor familiar "De Orer"
─¡¡bien, aquí es!!
Antes de que Belford pasara por la puerta de aquel bar, dentro se encontraban personas ajenas al reino. Una mujer acompañada de un hombre y además de ellos dos, otro hombre quien recibía las instrucciones de esa mujer, mientras su acompañante solo la cuidaba, los tres parecían personas normales, era crucial que pudieran pasar desapercibidos ante los demás.
─todo, salió de acuerdo a lo planeado, pude infiltrarme dentro del castillo como habíamos pretendido, así fue como averiguamos que el Príncipe viajaría hacia la frontera, ¿dónde está actualmente? Si estuviera muerto todos los del reino ya lo sabrían.
─el príncipe se encuentra sitiado en una ciudad. Lo estamos usando de carnada de manera momentánea para que envíen Mainders o cualquier personal importante y de esa manera debilitar sus fuerzas.
─bien... ¿Cuál será la siguiente orden que deba de seguir?
─lo dejaremos a tu criterio, pero queremos que averigües más cosas del reino de Alders, por lo menos un poco más de tiempo.
─bien así será, ¿y tú que harás?
─trataré de llegar a Alux a dar mis informes.
Al mismo tiempo que decía esas palabras, Belford paso por la puerta del bar.
─ ¡¡que...!! ¿Quién es ese...? Sentí escalofríos a penas él entró.
─también lo notaste... mi "Tesoro Divino" se puso alerta.
Por lo general, ninguna persona era capaz de percibir las características de un Mainder o usuario de Aura, sin embargo, había algunos objetos que podían hacer esa función.
─esto no luce bien... ¿Por qué estará él aquí?
─muy bien... creo que hay que estar alerta... me tendré que retirar. ¡Tú haz lo tuyo!
─si... entendido...
─y trata de no enfrentarte a ese individuo.
Tras esa charla, el hombre le advertiría a la mujer que tuviera cuidado, después el hombre saldría de aquel lugar.