La última persona interrogada fue Maya.
—Señorita Maya, usted es la asistente de la señorita Jeslyn, ¿verdad? —preguntó Spid.
—Sí —respondió Maya.
—¿Dónde estabas cuando ella entró en la casa con su abuelo? —preguntó Spid.
—Entramos juntos —respondió Maya.
—¿Cuántos estaban en la sala de estar en ese momento? —preguntó Spid.
—Sólo los tres de nosotros —respondió Maya.
—¿Dónde estaban los guardias y los ayudantes? —preguntó Spid.
—No los buscamos, pero ninguno de ellos estaba a la vista —respondió Maya.
—¿Estabas allí cuando la señorita Jeslyn le contó todo a su abuelo, sí o no? —preguntó Spid.
—Sí —respondió Maya.
—Ella buscó su teléfono, ¿sí o no? —preguntó Spid.
—Sí —respondió Maya.
—¿Qué te pidió que hicieras después? —preguntó Spid.
—Me pidió que llamara a la gerencia del hotel —respondió Maya.
—¿Lo hiciste? —preguntó Spid.
—Sí —respondió Maya.
—¿A quién llamaste? —preguntó Spid.
—Al gerente —respondió Maya.
—¿A qué hora? —preguntó Spid.