"Es tan bueno... ¡Ahhh! Hayden..." Gemí mientras mi coño se mojaba aún más por él.
Incliné las caderas para que la cabeza de su grueso pene se clavara directamente en mi punto de placer. Su pene era tan grueso y largo que con cada embestida podía golpearme hasta el fondo del útero. No tenía intención de acostarme con él esta noche, pero cuando empezó a seducirme, no pude controlar mis deseos y acabé poniéndome encima de él y metiéndome su pene erecto directamente en mi húmedo coño.
Incluso ahora, no podía dejar de cabalgar salvajemente encima de él. A Hayden parecía encantarle que me volviera loca encima de él. Aunque me avergonzaba lo traviesa que era, no podía evitar que mis caderas se movieran para engullir su grueso pene en mi empapado agujero del amor.
"Voy a correrme... Hayden... por favor..." Gemí de placer cuando sentí que mi orgasmo se acercaba rápidamente.
Me voy a correr... fuerte...
"Déjame ver tu cara cuando te corras..." Hayden me susurró lascivamente.