"Yo te ayudaré…" Hayden respondió con una sonrisa complacida.
"Tú eres el que está herido, así que deberías… quedarte quieto…" señalé mientras apuntaba con un dedo a su hombro herido.
Hayden se rió un poco para quitarle importancia a mi preocupación por él. Me encontré sonriéndole naturalmente mientras me levantaba lentamente de mi silla de ruedas. La silla de ruedas probablemente me hacía parecer más enferma de lo que realmente estaba. Los pocos días de sueño y recuperación ayudaron a sanar mi cuerpo, mientras que reunirme con Hayden sanó mi espíritu. Si él quería que subiera a la cama con él, entonces lo haría sin falta. Para mi alivio, me sentí completamente bien de pie sobre mis propios pies, lo que me dio la confianza para subir lentamente a la cama con él.
La cama del hospital era estrecha, y Hayden no era precisamente un hombre pequeño. Mientras me preguntaba cómo encajaríamos mejor en la cama, Hayden me dijo directa y simplemente que me montara sobre él.
