"El maestro Hayden está esperando para cenar contigo en su sala de estar", me informó la tía después de meter la cabeza en mi estudio de arte.
"Oh, cierto... ya es hora de cenar..." murmuré mientras miraba el reloj.
Había estado trabajando tan duro que no me había dado cuenta de que ya había pasado tanto tiempo. Rápidamente, me levanté de mi asiento antes de seguir a la tía por la puerta.
"No tienes que acompañarme hasta allí. Puedo llegar allí solo", le dije a la anciana que parecía perseverante en escoltarme al cuarto de Hayden.
"Estoy seguro de que puedes, pero si no hago esto entonces no sé por qué todavía estoy empleado," Tía respondió con una sonrisa.
"Bueno, si insistes..." respondí con una pequeña risa.