"¡Bienvenido a casa!" Saludé a Hayden felizmente.
Le di una mano mientras mi otro brazo estaba ocupado sujetando a Little Hayden. Hayden me miró con una breve mirada de sorpresa ante sus ojos entrecerrados sospechosamente hacia mí y luego hacia el cachorro en mi brazo. Había decidido sorprender a Hayden un poco para variar esperándolo justo en los escalones de la puerta principal de la mansión.
"¿Por qué estás parado aquí?" Preguntó.
"Esperando a que volvieras, obviamente," contesté.
"Hmm..." murmuró él.
Tal vez es solo mi propia imaginación o la luz jugando trucos, pero pensé Hayden parecía un poco feliz ahora.
"Poco Hayden decir, 'bienvenido de nuevo' también, Hayden," hablé con el cachorro en una voz ronca dulce.
"¿Por qué estás hablando con el perro? Probablemente no entiende nada," murmuró Hayden de forma oscura.
"Creo que entiende algo..." Respondí tercamente.