"Supongo que estamos de suerte," contestó Hayden antes de que sus labios capturaran los míos en un ardiente beso.
Continuó besándome apasionadamente, su lengua metiéndose salvajemente en mi boca al igual que quería que su polla me destrozara por dentro. Hayden se puso entre mis piernas abiertas mientras sus manos empezaban a desabrocharse el cinturón antes de empezar a quitarse los pantalones.
"Levanta el talón sobre la mesa y abre las piernas... más..." ordenó Hayden.
Sus manos me ayudaron a levantar mis piernas sobre la mesa tal como él me había indicado y pronto mis piernas se separaron tanto que me sentí tan avergonzadamente expuesta . La abertura de mi agujero de amor se abrió como si invitase a su gruesa polla a deslizarse dentro.
"Esta es una vista muy agradable", comentó Hayden antes de colocar la gruesa cabeza de su polla en mi entrada húmeda y palpitante.