"Tú... bastardo..." dije con los dientes apretados.
"Parecías tan asustada de estar aquí. Honestamente no pude resistirme a jugar contigo," admitió Hayden, aunque, claramente no parecía arrepentido.
Le abofeteé el brazo tan fuerte que me dolió la mano. ¿Qué le pasa a este tipo? Honestamente me asusté. No ayudó que fuera tan oscuro, y estábamos en medio de un cementerio. Sentí calor en mi cara mientras me enfurecía minuto a minuto.
"¡Me voy!" Dije mientras me daba la vuelta y empezaba a alejarme.
"¡Espera! ¿Adónde crees que vas? Está oscuro... quédate conmigo," dijo Hayden mientras agarraba mi muñeca y me giraba para mirarlo.
"Eso no fue gracioso..." escupí.
"Pero ahora te sientes menos asustada, ¿verdad?" Preguntó Hayden antes de sonreírme dulcemente.
Es tan injusto... honestamente...
"... supongo que..." susurré.