"Hayden... es... demasiado..." lloriqueé débilmente mientras le rogaba misericordia. Sentí que mi cuerpo estaba a punto de romperse.
"Aguanta ahí..." Hayden me susurró al oído antes de reírse un poco de mí.
Sus grandes manos sostuvieron firmemente mis caderas mientras empujaba sus caderas hacia arriba, clavando su polla dentro y fuera de mí, rápido y duro. Lloré hasta que me dolía la garganta, pero no había señales de que Hayden terminara esto. Mis entrañas se sentían tan calientes y húmedas que sentí que me había derretido por completo. No pasó mucho tiempo antes de que sintiera otra ola de mi propio clímax acercándose. Está a punto de hacerme correrme de nuevo...