Doblé mis piernas y separé mis muslos a un lado, estirando mi coño abriéndose de par en par para Hayden tal como él me había indicado. No tenía sentido seguir negándolo. Quería... que me diera más placer. Mi cuerpo estaba tan caliente, y no podía esperar a que él cumpliera su necesidad lujuriosa.
"Relájate, Malissa. Apóyate en mí... te haré sentir tan bien," murmuró Hayden junto a mi oreja antes de chupar mi lóbulo suavemente.
Hice lo que me ordenó. Cerré los ojos y me esforcé al máximo para relajarme mientras me relajaba, acurrucando mi espalda en el calor de su pecho. Sentí a Hayden suspirar de satisfacción cuando sintió mi cabeza apoyada en su hombro.
"Hayden..." Dije su nombre con un suspiro.