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Chapter 6 - Primer paso para ser héroe: Entrenar

Ayari lleva a Musashi al patio, donde empieza a explicarle la importancia de tener un control emocional adecuado.

"Musashi, el control de tus emociones es fundamental para ser un buen héroe. Si no aprendes a manejar tus sentimientos, tu don podría volverse en tu contra y terminar lastimándote o a quienes te rodean."

Musashi asiente, tratando de prestar atención a las palabras de su padre.

"Entonces, ¿cómo puedo hacer para controlar mis emociones?", pregunta Musashi.

"Debes aprender a identificar y canalizar tus emociones en lugar de dejar que te controlen. Además, es importante que conozcas tus límites y no te excedas. Si sientes que tu mente está nublada, debes alejarte y tomarte un momento para calmarte antes de continuar", responde Ayari.

Musashi comienza a comprender la importancia de lo que su padre le está diciendo y asiente en señal de acuerdo.

"Ahora, hablemos de la espada", continúa Ayari. "Debes saber que la espada es un reflejo de tu mente. Si tu mente está en calma, tu espada será precisa y fuerte. Pero si tu mente está nublada, tu espada será inestable e ineficiente. Es por eso que es importante que aprendas a controlar tus emociones antes de manejar la espada."

Musashi se siente un poco abrumado por la responsabilidad que viene con su don, pero está dispuesto a aprender. Ayari le enseña las técnicas básicas de esgrima y le muestra cómo usar su don para invocar su espada.

Musashi comienza a practicar y se da cuenta de lo difícil que es controlar su mente mientras lucha.

"Papá, es difícil controlar mis emociones mientras lucho", dice Musashi con frustración.

"Lo sé, hijo. Pero con el tiempo y la práctica, aprenderás a controlar tus emociones y tu espada", responde Ayari con una sonrisa tranquilizadora.

Akane se acerca y observa la práctica de Musashi y Ayari.

"Es impresionante ver cómo tu don y tu mente trabajan juntos, Musashi", dice Akane. "Pero recuerda, la responsabilidad que viene con el don es grande. Debes usarlo con sabiduría y compasión para ayudar a los demás".

Musashi asiente, tomando en cuenta las palabras sabias de Akane.

"Lo entiendo, Akane. Quiero ser un héroe que pueda ayudar a las personas y protegerlas", dice Musashi con determinación.

El entrenamiento de Musashi con su don y la espada no es fácil, especialmente porque todavía es un niño pequeño. Ayari sabe que Musashi tiene un gran potencial, pero también sabe que tiene que ser cuidadoso de no presionarlo demasiado y dejarlo progresar a su propio ritmo.

Ayari era un entrenador paciente pero estricto, y Musashi estaba decidido a impresionar a su padre y mejorar en su habilidad. El entrenamiento comenzó con ejercicios para controlar sus propias emociones, y Ayari le enseñó a Musashi cómo enfocarse y concentrarse en su interior.

En el mini dojo de la casa, Ayari le enseña a Musashi cómo invocar la espada a través de sus emociones. Le explica que la espada es una extensión de su propia energía y que debe ser tratada con cuidado. Ayari le muestra a Musashi cómo canalizar su energía a través de su cuerpo y hacerla fluir en la espada.

"Recuerda, Musashi, tu mente es como el agua", explicó Ayari, "Si está agitada, la espada que invoques será débil e inestable. Pero si tu mente está tranquila, tu espada será fuerte y poderosa".

Musashi está emocionado por aprender, pero también se frustra fácilmente cuando no puede invocar la espada o cuando su energía no fluye de la manera que quiere. Ayari es paciente y le recuerda que es normal que le lleve tiempo aprender.

"Recuerda, Musashi, el control de tus emociones es clave para usar correctamente este don. No debes dejarte llevar por la ira o la tristeza, sino canalizarlas para fortalecer tu espada", dice Ayari con una voz suave pero firme.

"Lo intentaré, papá", responde Musashi con determinación.

Pero para un niño, esto era una tarea difícil. A menudo, se frustraba y se enojaba consigo mismo cuando no podía controlar sus emociones, y su espada se desvanecía en el aire. En esos momentos, Yosu y Akane estaban allí para consolarlo y animarlo.

"Puedes hacerlo, Musashi", le decía Yosu con una sonrisa tranquilizadora. "Solo respira profundamente y recuerda todo lo que has aprendido".

Akane, por su parte, se aseguraba de que Musashi tuviera suficiente energía y motivación para continuar su entrenamiento.

"¡Vamos, Musashi, estás a solo unos pasos de hacerlo!", animaba Akane con entusiasmo. "¡No te rindas ahora!"

Los entrenamientos son intensos y Musashi siente que su mente y su cuerpo están siendo llevados al límite. A menudo se queda dormido al final del día por el cansancio, pero se despierta emocionado por lo que aprenderá al día siguiente.

Con el tiempo, Musashi comienza a sentir que está progresando en su entrenamiento. Logra invocar la espada con más facilidad y controla mejor sus emociones. Ayari está orgulloso de él y le recuerda que la responsabilidad de tener un don es importante.

"Recuerda, Musashi, que este don es una bendición y una responsabilidad. Debes usarlo sabiamente y siempre pensar en los demás. No debes usar tu don para dañar a nadie, sino para protegerlos", le dice Ayari.

"Lo sé, papá. Lo usaré para proteger a las personas", responde Musashi con confianza.

Los entrenamientos continúan y Musashi sigue progresando poco a poco. Aunque a veces se frustra, sabe que tiene a su familia apoyándolo y eso lo motiva a seguir adelante. Con el tiempo, se convierte en un hábil usuario de la espada y aprende a controlar sus emociones de manera efectiva.

"¡Lo estás haciendo genial, hijo!", felicitó Ayari. "Sigamos trabajando juntos para mejorar tu habilidad".

Para Musashi, el entrenamiento con su don y espada se convirtió en una parte esencial de su vida diaria, y aunque era difícil, nunca se rindió.