Menil estiró sus brazos y sus alas y se levantó. El mensaje del sistema no tardó en llegar.
[Felicidades, ahora eres un Zombie Windwalker. Como infectado, esta evolución no es tan poderosa como normalmente lo es, pero tu Clase avanzará en una dirección que la apoye.]
Todavía algo aturdido y aliviado porque todo el dolor había desaparecido, Menil volvió en sí. Buscó el Walkie Talkie entre sus ropa y lo encendió.
—¡Adam! ¿Me escuchas?
Menil esperó un momento, hasta que alguien le respondió por el otro lado.
—No es Adam, pero será mejor que digas rápidamente lo que quieres decir. El ataque comenzó hace poco. Después de que no nos contactaras desde ayer, te dimos por muerto o por traidor.
Menil pudo reconocer la voz de Leonard, lo cual no le gustó para nada. Aun así, sin perder el tiempo, contó todo lo que había visto.
—Bueno, por ahora solo hemos visto Stalkers, así que estoy seguro de que la información sobre los evolucionados será útil. Pero dime una cosa ¿Por qué has tardado tanto?
—Es Arnold, intentó atacarme para que no les avisara. Es un traidor —Menil dijo esto amargamente, pues sabía que Arnold solo había demostrado a Leonard que tenía razón, que no se podía confiar en un infectado.
—Supongo que no estoy sorprendido. Pero tampoco puedo confiar en tí. Será mejor que recuerdes que tu hermano está con nosotros todavía.
—¿Estás amenazándome?
—Pues sí, no me agradas tú ni tu hermano, el cual se niega a ayudar en la lucha. Pero quizá pueda demostrar ser útil para mantenerte a raya.
Menil se llenó de ira, pero sabía que este no era el momento para luchar.
—Está bien, jugaré tu juego, pero ten cuidado con lo que haces o me convertiré en esa bestia que tanto temes.
—Ya veremos. Le pasaré tu información a Adam, pues parece que pronto comenzará el ataque principal. En cuanto a Arnold, tráeme su cabeza y estaremos a mano. Odio trabajar contigo, pero se lo prometí a Adam, así que, por favor, al menos haz tu trabajo.
Leonard apagó el GPS y miró a Zack, que observaba el comienzo de la pelea en el estacionamiento desde donde estaba.
—Arnold es un traidor. ¿Están todos los infectados encerrados en sus habitaciones?
—Sí, me aseguré de ello. Uno de nosotros se quedará a vigilar que así se mantengan. ¿Cómo tomó Menil la amenaza?
—Mal, pero creo que será suficiente para que no nos traicione mientras está allá afuera.
Zack asintió y luego se marchó con todo su equipo. Leonard le observó marcharse y luego miró el estacionamiento. No podía ver mucho debido a la hora, pero la escasa luz de la luna era suficiente para distinguir a los Stalkers que iban llegando. Se le hizo un nudo en la garganta, pues había más evolucionados apoyando al Breeder de los que creían. Sintió un pequeño consuelo al darse cuenta de que no había Windwalkers a la vista, pero esto no era mucho. En el estacionamiento luchaban Marlen, Ivy y Miguel, todos visiblemente nerviosos por posibles ataques del Breeder.
Leonard sostuvo su balón con el brazo que le quedaba y luego se marchó a preparase para una larga lucha.
Menil, mientras tanto, miró su ropa en el suelo y dudó un instante antes de abandonarla. Estar desnudo le incomodaba bastante, pero no había tiempo, sobre todo porque Arnold podría estar allá fuera. Parte de él quería pensar que había conseguido matarlo, pero sabía muy bien que lo más seguro era que hubiera conseguido evolucionar antes de que sucediera.
Se asomó por el pasillo y respiró algo aliviado cuando no vio a Arnold cerca. luego cerró la puerta y decidió que ir desnudo por el apartamento no le traería ningún beneficio, por lo que se tomó su tiempo para vestirse. Esto le resultó más difícil de lo que pensaba, pues sus nuevas alas interfirieron en el proceso.
Cuando terminó de vestirse, observó con curiosidad sus nuevas alas. Estas se sentían tan naturales que no pudo evitar sorprenderse. Las abrió y las cerró un par de veces, pero el estrecho espacio en la habitación evitó que pudiera abrirlas por completo. De repente, un intenso deseo de volar se apoderó de él, pero no tardó en volver en sí. No estaba en un lugar en el que pudiera entretenerse.
Volvió a abrir la puerta y encontró que un grupo de Stalkers estaba cerca. Estos no parecían dirigirse hacia el estacionamiento, por lo que le atacaron inmediatamente al verle.
Los Stalkers no eran mucho problema antes y ahora mucho menos. Menil utilizó sus largas y afiladas uñas para acabar rápidamente con todos ellos. Su agilidad se vio limitada por sus alas, pero no tardó en encargarse de todos los zombies. Menil había poseído una espada que obtuvo junto con su Clase, pero la había perdido en la huída hacia el bloque 4. Después de eso pudo haber pedido a Adam un arma, pero se acostumbró a combatir con sus largas uñas, era la forma más cómoda que había encontrado para defenderse.
Miró sus uñas y recordó el mensaje del sistema. En este le habían dicho que su Clase se adaptaría a su evolución. Sentía curiosidad al respecto, quería saber cómo resultaría eso. Además, podía sentir que luego de evolucionar, había aprendido las instrucciones de un ritual que llamaba su atención. Menil recordó la lanza blanca que usaban los zombies, pero el ritual se sentía diferente, pues tenía que ver con sus propias uñas, lo cual le pareció aún más curioso. ¿Acaso el Sistema sabía que le gustaba combatir utilizando sus uñas como armas? Este pensamiento era en parte perturbador.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de una explosión que reconoció. La misma que había acabado con su brazo, Arnold debía de estar cerca.
En efecto, Arnold se encontraba en ese instante en un piso superior, disfrutando de su nuevo cuerpo y de sus nuevos poderes. Supo enseguida que había sido un error quedarse encerrado en ese refugio, esperando piedad de los demás humanos, pensó que ahora que era libre, nadie podría detenerlo.
El pasillo en el que se encontraba estaba destrozado. Además, los restos de un grupo de Stalkers estaban en el suelo. Ahora podía simplemente lanzar [Bomba de tierra] el doble de veces de lo que podía antes de evolucionar. De solo pensar en la siguiente evolución, no pudo evitar emocionarse.
Curiosamente, Arnold también se había transformado en un Windwalker y, aunque todavía no entendía el motivo del todo, sospechaba que quizá tendría que ver con que se había puesto bajo el mando del Breeder. Miró sus largos brazos e intentó estirar sus alas. Estaba satisfecho de haber conservado su forma humana y no transformarse en un monstruo deforme.
Al despertar, se había dejado llevar por la emoción y había dejado su ropa detrás mientras corría con todas sus fuerzas al piso superior y encontraba un grupo de Stalkers sobre los que desatar toda su emoción.
Pero ahora que estaba más calmado, recordó que tenía que encargarse de Menil. No le agradaba intentar matar a su amigo, pero si quería continuar viviendo y evolucionando, era necesario que Menil y el refugio desaparecieran. Incluso él mismo estaba sorprendido de la crueldad de la que era capaz, pero supuso que tenía sentido, pues, por más que Menil intentara negarlo, ya no era humano.
Luego de pensar en eso, se puso manos a la obra. El hecho de que estuviera vivo le indicaba que Menil, seguramente, también había aprovechado el momento para evolucionar, por lo que esta sería una lucha difícil.
Arnold se dirigió a las escaleras y observó el fondo con cautela. Ya había hecho mucho ruido, por lo que no le sorprendería que Menil le estuviera esperando allí abajo. Así que decidió poner a prueba sus nuevas alas.
Pateó la puerta de una habitación y entró, pero se llevó una horrible sorpresa al encontrarse con una horrible masa de carne que estaba escupiendo huevos y un grupo de pequeños Stalkers que parecían recién nacidos.
[Zombie Spawnmer]
En un acto reflejo, lanzó un hechizo y retrocedió. Los Stalkers se convirtieron en carne picada, pero más importante aún, la masa de carne fue alcanzada por la explosión y emitió un horrible chillido que aturdió a Arnold y a Menil, que estaba a punto de comenzar a subir las escaleras.
Arnold se alejó de la habitación con el corazón acelerado hasta que chocó contra la pared contraria. Tardó un momento en volver en sí, pero para entonces algo malo ocurrió. Sobre el edificio reinaba un silencio extraño. Incluso los Stalkers parecían haberse quedado completamente quietos.
Unos cuantos minutos transcurrieron y Arnold creyó que nada pasaría, pero entonces la pared al final del pasillo en el que se encontraba explotó. Por allí entró el Breeder, cubierto de polvo y restos del edificio. Su mirada se fijó en Arnold y estaba enojado.