Menil y Arnold entraron juntos al superbloque y procedieron a matar y consumir otros Stalkers. El trabajo resultó mucho más fácil de lo que esperaban, pues los zombies estaban distraídos intentando llegar al estacionamiento, bajo las órdenes del Breeder.
Ninguno de los dos entendía muy bien qué era lo que el Breeder quería de ellos ahora, pero ambos supusieron que debían de evolucionar a algo mejor que un Stalker.
—¿Crees que ese zombie todavía nos sigue? —preguntó Menil.
—No, lo ví volver con el Breeder. Es como tratar con niños, no sospechan de nosotros ni un poco.
—Bueno, no es como si debieran temernos. Deberíamos buscar un lugar desde donde hablar con Adam y los demás.
Arnold se detuvo y miró a Menil con cierta curiosidad.
—Creí que… no, olvídalo.
Menil se detuvo mientras estaba matando a un stalker y se volteó a mirar a Arnold.
—¿A qué te refieres?
—A nada, busquemos un lugar donde podamos devorar estos zombies con tranquilidad.
Menil tuvo un mal presentimiento, pero decidió no decir nada más. Los dos arrastraron a una gran cantidad de Stalkers muertos hacia un apartamento y los devoraron lentamente.
A Menil le hubiera gustado decir que el proceso era repugnante, pero estaría mintiendo. Una vez que comenzaba a comer no podía parar. Además, sentía que su cuerpo era capaz de procesar los cadáveres a una velocidad escalofriante, razón por la cual podía comer varias veces su propio peso sin problemas.
Sin embargo, devorar a los Stalkers no era completamente satisfactorio. Menil sabía, gracias al Sistema, que debía de devorar más cadáveres que un zombie normal para evolucionar y que devorar humanos era mucho más efectivo, sobre todo aquellos con un alto nivel.
—Por fin podemos comer a nuestro gusto.
La voz de Arnold interrumpió los pensamientos de Menil, que se volteó a mirarlo. Arnold acababa de devorar un trozo de un Stalker y tenía toda la cara llena de sangre. La escena parecía salida de una pesadilla, pero a Menil no le afectó mucho.Sin embargo, a lo que sí temía era a la insinuación de Arnold.
—Supongo que sí —fue todo lo que respondió.
—Todos los zombies que podríamos haber devorado, pero solo nos dieron un puñado de stalkers que matamos en el estacionamiento, y eso para que no nos muriéramos de hambre.
Menil miró a Arnold, sus ojos se habían vuelto más rojos de lo normal y emanaba una sensación algo diferente.
—¿Aún piensas comunicarte con ellos?
—Si.
Arnold se detuvo de golpe y miró a Menil a la cara.
—¿Por qué? Todo lo que hacen es mantenernos encerrados mientras desconfían de nosotros.
Menil se levantó y observó a Arnold con cautela.
—Sencillo, aún creo que soy humano.
—Ya veo, ¿Es por tu hermano verdad? Envidio eso de tí, al menos puedes continuar preocupándote por otros.
Menil tenía que admitir que Arnold tenía razón. Su conexión con su hermano le permitía sentirse más cercano a los demás humanos. Por ello había terminado como el líder de los infectados, debido a que a los demás les costaba relacionarse con otros.
—¿Si no te sientes bien con nosotros por qué no te has ido?
Arnold comenzó a reírse sin parar.
—Por desgracia, eres bastante estúpido, Menil, al principio creí que no, pero ahora todo está claro. No voy a responder tu estúpida pregunta, así que contesta esto ¿Por qué sigues creyendo que eres humano? No me importa cómo te sientas hacia tu hermano. Solo mira dónde estamos y lo que estamos haciendo y dime si es algo que un humano normal sería capaz de hacer.
Menil observó los cadáveres en el suelo y la sangre. Sintió un escalofrío, pero no debido a la escena, sino a su propia indiferencia. Aun así, respondió a Arnold rápidamente.
—Pues porque soy capaz de tomar la decisión de ir contra mis instintos y elegir vivir como quiero. Creo que los zombies son como… animales. No tienen moral ni límites.
—Bueno, al menos es algo medianamente inteligente. Ciertamente tienes razón, pero para mí no es suficiente. Por ahora conservamos nuestra forma humanoide, pero no hay nada que evite que nos transformemos en seres monstruosos. ¿Crees que el refugio nos aceptará para ese momento?
Menil quería responder que sí, pero no estaba seguro, había sentido las miradas de algunos supervivientes y sabía que si esas personas pudieran expulsarle lo harían sin pensarlo. Luego pensó en personas como Leonard, que estaban completamente en desacuerdo con su existencia.
—No puedes responder ¿Verdad? —continuó Arnold al ver que Menil no respondía—. ¿De qué sirve seguir creyendo en tu propia humanidad si la mayoría de los demás humanos te odian? ¿Cuánto tiempo podrás vivir allí? ¿Durante cuánto tiempo te mantendrás débil y dócil para que a nadie le dé pánico?
Menil sintió un nudo en la garganta. Todo lo que decía Arnold era un golpe tras otro.
—Mira el mundo en el que ahora vivimos Menil. Este no es el momento para permanecer débiles. Si queremos vivir, tendremos que comenzar a evolucionar y a destruir todo lo que lo evite.
—¿Cuál es tu plan entonces? ¿Vas a unirte a los zombies en vez de a nosotros? ¿No quedarías en una posición parecida?
—Puede que suceda, no lo sé. Pero por ahora he comprobado que a ellos no les importa lo que soy y solo les importa mi poder. Además, podemos aprovecharnos de su idiotez para manipularlos y vivir bien.
—Esa es toda una ambición la que tienes allí, Arnold, pero recuerda que mi hermano sigue en el refugio, no lo traicionaré por nada.
—Eso me temía, amigo mío.
Arnold saltó sobre Menil sin previo aviso, pero el segundo ya estaba preparado para ello. Esquivó un golpe al pecho y, antes de poder pensar claramente, sus instintos como [Guerrero] se apoderaron de él y respondió con sus largas y filosas uñas.
El ataque penetró el costado de Arnold y dejó un horrible orificio en la parte de atrás, por el que comenzó a salir un chorro de sangre. Era una herida mortal. El infectado gritó lleno de dolor e intentó alcanzar la puerta.
—Ni siquiera luchas como un humano y aún sigues creyéndote uno.
Menil pensó por un momento en acabar con él, pero dudó un instante, lo cual fue un error, pues había olvidado por completo que la Clase de Arnold era [Mago]
Arnold disparó, sin previo aviso, un trozo de roca que Menil intentó esquivar sin éxito. El hechizo impactó en su brazo y explotó momentos después.
Menil fue impulsado contra los cadáveres de los Stalkers, lo que evitó que golpeara con fuerza la pared. Su brazo estaba acabado, pues ahora era solo un trozo de carne hecho jirones. El dolor era insoportable, pues tenía heridas por todo su cuerpo.
Mientras tanto, Arnold, que comenzaba a sentirse cada vez más débil a medida que perdía sangre, salió de la habitación. Podría haber aprovechado ese momento para matar a Menil, pero estaba más preocupado por su herida.
Mientras avanzaba por el pasillo, se maldijo por lo idiota que era. ¿Qué clase de [Mago] inicia un ataque con un golpe? Sobre todo contra un [Guerrero]. Arnold se había dejado llevar por el enojo que sentía hacia Menil, tanto que había atacado como si fuera un humano.
Cayó al suelo en el pasillo y observó cómo todo se llenaba de sangre. No estaba dispuesto a morir de esa forma, por lo que se dispuso a pensar en una solución. Para su suerte, un grupo de Stalkers le detectó y el olor a sangre rompió momentáneamente el agarre del Breeder sobre su comportamiento. Estos zombies se acercaron a él despacio, mientras luchaban contra la voluntad del Breeder.
Arnold se sintió aliviado al ver esto y luego lanzó un hechizo en dirección a los zombies. La roca explosiva detonó con fuerza y mató a cuatro Stalkers, pero aún quedaban 10 más. El hechizo era bastante poderoso, pero costaba demasiada energía, por lo que él solo tenía suficiente para lanzarlo un par de veces más.
Esperó el momento adecuado y luego atacó con todas sus fuerzas. El resultado fue que el pasillo se llenó de sangre y de trozos de cadáveres. Sin mucho tiempo ya, Arnold se arrastró hasta los trozos más cercanos y comenzó a devorarlos rápidamente. No tardó en recibir el mensaje del sistema.
[Has devorado suficientes cadáveres como para iniciar tu evolución. La misma será afectada por los genes de aquellos a los que has devorado. La evolución comenzará automáticamente en 10 minutos, aunque puede ser activada justo ahora]
Sin pensarlo mucho, Arnold le dijo al Sistema que comenzara la evolución de inmediato. Esperaba que la misma le curara. Sintió un horrible dolor en todo el cuerpo y perdió la consciencia sin saber si lo había logrado o no.
Menil, por su parte, terminó de devorar los stalkers en la habitación y perdió la consciencia solo un poco antes. Mientras estaba inconsciente, su cuerpo se deformó en una masa amorfa antes de adquirir su nueva forma. Toda la ropa que tenía puesta, junto con el Walkie Talkie, que había sobrevivido de casualidad el hechizo de Arnold, cayeron al suelo.
La masa poco a poco se fue moldeando y transformando en una figura esbelta y delgada con unas alas en la espalda. Sin saber cuánto tiempo había pasado, Menil despertó del sueño más profundo que había tenido en su vida.