Ellis se sentó en su silla al mismo tiempo que Vittorio se metía en su esmoquin. De su bolsillo salieron su cigarro y su encendedor de oro marcado con sus iniciales. Él encendió el cigarro con tranquilidad y entonces saludó a Ellis que abrió los labios diciendo:
— Entonces, ¿ahora vas a contestarme dónde está mi hermano? - preguntó Ellis.
—Tu hermano está a salvo. - Respondió Vittorio antes de fumar su cigarro.
— Lo que no me consuela en absoluto, pues hasta donde yo sé uno de sus matones dijo que picaría a mi hermano en mil pedazos. - Afirmó Ellis, irritada. Si había algo que ella no soportaba era humo y aquel hombre parecía fumar sólo para provocarla.
—Ézio no es un matón. - Corrigió a Vittorio después de soltar el humo.
—No me importa lo que sea. Lo único que deseo es a mi hermano... entero. Y no con todos los 500.000 pedazos que su matón dijo que haría de él.
— Señorita Barker, siento mucho la forma equivocada como Ezio negoció con usted.
— No quiero una disculpa, quiero a mi hermano. - Rebatió Ellis respirando hondo. — Así que, ¿qué tal si vamos a lo que importa en esta conversación, porque la policía debe estar buscándome.
— ¿Qué buscas? - Preguntaste a Vittorio deteniendo su cigarro entre los dedos. Él sonrió y entonces tragó una vez más hasta que preguntó entre el humo expelida: — ¿Por qué estarían a su búsqueda?
— Bueno, no sé si estás bien orientado, pero yo estaba en la comisaría cuando mandaste a tu chófer a buscarme. Sin duda deben tener curiosidad por saber qué me hizo salir de la comisaría cuando estaba a punto de denunciar un homicidio que te involucraba a ti y a toda tu pandilla, equipo, mafia, lo que sea que seas. - Explicó Ellis con una sonrisa irónica en sus labios que no pasó desapercibido por Vittorio. — ¿Entiendes ahora?
— Entendí, pero no sabía que invitar a una persona a almorzar era considerado un crimen... - Dijo Vittorio acercando su tronco en dirección a Ellis. — Hasta donde yo sé, eso es lo que hicimos, ¿no?
— En partes, pero sabemos que estoy aquí porque secuestraste a Jason. - Corrigió a Ellis.
— Yo no secuestré a su hermano, señorita Barker. - Afirmó Vittorio mientras se alejaba lentamente.
— ¿No? - Repitió Ellis, sorprendida por la cara de polla de Vittorio.
— Claro que no. Yo jamás secuestraría a una persona. - Él tomó su cigarro y entonces apretó contra su plato, apagando lentamente mientras decía: — Su hermano está... bajo custodia.
— ¿Custodia? sólo puedes estar bromeando. - Habló Ellis indignada.
— No estoy bromeando, señorita Barker. - Respondió Vittorio, en serio. — Jason Barker está bajo custodia, esta es su audiencia y usted es la abogada.
— ¿Y tú qué serías? ¿El juez? - preguntó Ellis, indignada.
— También. - Respondió Vittorio. - Pero yo también soy una víctima de su hermano.
— Vaya, cuando pienso que no eres capaz de hablar más absurdos... ahora eres la víctima. - Comentó Ellis riéndose de nervioso.
—Señorita Baker, verá, usted y yo tenemos algo en común...
—Sí, mi hermano. Pero, yo le aseguro que si lo suelto, nunca más tendremos nada en común. - Prometió Ellis, seria.
— Te creo, pero lo que tenemos en común es nuestra debilidad. Nuestro talón de Aquiles es nuestra familia. - Vittorio continuó gesticulando con las manos. — Usted es capaz de todo por su hermano que es su única familia. Y yo soy capaz de todo por la mía. Pero, tu familia se metió en los negocios de mi familia. Y así como tú tienes ese instinto de protección con los tuyos, yo lo tengo con los míos. Si fuera por mí, podría dejarlo pasar, pero fue con mi familia y por la familia somos capaces de cualquier cosa, ¿verdad?
— En resumen, estoy aquí solo para que usted diga que no va a soltar a mi hermano porque le debe? - preguntó Ellis.
—No, como dije esta es la audiencia de custodia de su hermano. Y usted es quien va a decirme si debo soltarlo o no. - Informó Vittorio.
— Suéltalo. - dijo Ellis.
— No es tan simple, señorita Barker... - habló Vittorio balanceando la cabeza. - Necesito garantías...
— ¿Garantías? ¿Qué garantías serían esas?
— ¿Quién pagará la deuda? - preguntó Vittorio. — ¿Será usted o su hermano? Y antes de que contestes, si dices que sería tu hermano, sé que él no está en condiciones de pagar... y entonces la aprobación sería con su muerte. Segundo, como vas a pagar su deuda, puedo ser más flexible con la aprobación de la gestión y devolver a tu hermano entero. ¿Ves lo buen juez que soy?
— La única opción soy yo asumiendo la deuda. - Habló Ellis, encarando a Vittorio.
— Eso! - exclamó Vittorio, animado al ver a Ellis yendo exactamente por el camino que él deseaba.
— De acuerdo, me haré cargo de la deuda. ¿Qué tendría que hacer? - preguntó Ellis meneando la pierna, nerviosa.
— ¿Qué sería capaz de hacer? - preguntó Vittorio acercando el tronco una vez más a la mesa.
— Si entregas a mi hermano hoy... - Ellis comenzó a acercarse a la mesa hasta el punto en que su cara estaba muy cerca de Vittorio. — Haré lo que sea para pagar su deuda.
— Todo es mucho, señorita Barker... - Repitió Vittorio mirando los labios rojizos y entreabiertos de Ellis. — Y yo tendré pleno poder de elegir la forma en que usted quitará la deuda. ¿Es eso cierto? ¿Usted hará de todo?
Ellis respiró hondo, por alguna razón, sabía que podría no terminar bien para ella. Cuando ella los retorció ligeramente pensando en sus palabras, Amorielle sintió el impulso de besarlos. "¿Qué me está pasando?" , pensó Vittorio que se dio cuenta que aún miraba los labios de Ellis.
— Todo. - Repitió Ellis atrayendo la atención de Vittorio. Ella se alejó de él y continuó, ahora de brazos cruzados, en la defensiva: — Pero, quiero a mi hermano en casa antes de las 22 horas de hoy, ¿entendió?
— Considérese hecho, señorita Barker. - Respondió Vittorio con su mejor sonrisa. — ¡Rocco!
En cuestión de segundos, Rocco entra en el espacio y al lado de Ellis.
— Rocco, lleva a la señorita Ellis a casa. - Pidió Vittorio observando a Rocco tirar de la silla de Ellis que se levanta, sorprendida con el gesto. — Estaré en contacto, Srta. Barker, le ruego que no hable con nadie acerca de nuestro almuerzo... No me gustaría revocar los términos de nuestra audiencia...
— Como quiera, señor...? - Empezó Ellis que se dio cuenta que no recordaba su nombre.
— Amorielle. Señor Vittorio Amorielle. ¿Ha olvidado mi nombre, señorita Barker? - preguntó Vittorio, sorprendido, mientras se levantaba.
— Lo siento, pero hasta hace 24 horas no eras nadie para mí. - Explicó Ellis de pie. Ella lo miró con cierto desprecio, mientras decía: — Y deseo que continuemos así, en breve.
—Y yo deseo completamente lo contrario. - Habló Vittorio levantando su mano hacia Ellis.
Ellis miró su mano y sin apretar se alejó de la mesa siendo acompañada por Rocco mientras era observada por Vittorio que ya estaba pensando cuando tendría la oportunidad de volver a encontrar a la morena de ojos marrones más vívidos que había visto en toda su vida.
***
Ellis observaba cómo el paisaje cambiaba mientras el coche cruzaba la ciudad. Por más que deseaba, no se sentía completamente confiado con las palabras intercambiadas con Vittorio. Más allá del sentimiento de desprecio por aquel hombre que desde que apareció en su vida trajo apenas desorden. Tal vez por eso no podía dejar de pensar en él, en la forma en que su voz gruesa dominaba todo el ambiente y esa calma que de solo pensarlo hacía que Ellis se enojara.
— Llegamos. - Avisó a Rocco mientras bajaba la ventana de acceso interior. Estacionó a unos metros de la casa de Ellis. - Te dejaré aquí porque tienes una visita.
Su charla hizo que Ellis mirara hacia su casa y se encontrara con un coche en la puerta de su casa. Fuera de ella estaba el Oficial Smith parado analizando la casa de la joven.
— ¿Y mi hermano? - ¿Preguntó Ellis a Rocco. — ¿Cuándo lo tendré de vuelta?
— Como dijo Don Vittorio: Considérelo hecho, señorita Barker. - Respondió Rocco Destravando a la puerta de Ellis. — Tenga una buena tarde.
Ellis bajó del vehículo que salió lentamente como si Rocco estuviera observando el coche con cautela. La joven camina con cierta prisa y solo es notada por Smith cuando ya está en la acera de casa.
— ¿Señorita Barker? - ¿Preguntó Smith mirando para todos lados, sorprendido. — ¿Dónde estaba?
— Almorzando... - Respondió Ellis de brazos cruzados. - ¿Qué desea, oficial?
— ¿Qué deseo? - Preguntó Smith pasando la mano por los cabellos rubios. — Bueno, no pude hablar con su hermano ayer y usted fue a la comisaría hoy a presentar cargos... ¿Qué está pasando, Barker?
— Nada, yo sólo fui para informarle que todo estaba bien y que no necesitaba preocuparse. - Mintió Ellis. — Después fui a almorzar.
—Lo siento, pero no parecía que fuera sólo por eso. - Rebatió a Smith. Él dio dos pasos hacia la casa de Ellis mientras decía: —¿Dónde está tu hermano? Necesito hablar con él.
— No está. - Habló Ellis poniéndose delante del policía. — Jason fue al servicio comunitario...
—Mentira. Pasé por el lugar de referencia y su hermano no puso los pies allí hoy. - Reveló Smith mirando Ellis, en serio. — Salga del camino, señorita Barker, necesito registrar la casa. En caso de que Jason Barker no esté presente, será considerado prófugo de la justicia y su libertad condicional revocada.
— No. - Rechazaste a Ellis parando frente al policía. — Por favor, no.
— Estás obstruyendo una operación policial, Barker. - Explicó Smith. — Váyase, o tendré que arrestarla por desacato, por ser cómplice de un fugitivo y obstrucción de la justicia.
— Puedes arrestarme entonces, pues no te dejaré entrar en mi casa. - Respondió Ellis extendiendo las manos hacia el policía.
— Hola chicos, ¿qué está pasando aquí? - preguntó Jason abriendo la puerta de la casa.