3ª. Blanco rojo 1.
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El blanco rojo 1 corría por el bosque, los seguían los
perros, debía escapar de esos animales… y de los dueños de esos perros. No
había dormido en dos días, tampoco comido, y menos bebido
Fue entonces cuando los atacó el primer perro, y la presa
movida por el hambre y la sed le pegó un mordisco al cuello al animal. Fue un
mordico a la yugular. Blanco rojo 1 bebió la sangre del animal, se alimentó de
ella. Y con las manos abrió al animal en canal, empezó a comer los intestinos
del animal.
Los demás perros huyeron, la que consideraron su presa se
había convertido en un animal, que los devoraría. Como haría con sus dueños.
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Había pagado mucho dinero, la presa, un hombre al que habían
llamado bllanco rojo 1, huía. No era el primero que cazaría, tampoco sería el
ultimo, estaba en la posición económica para hacerlo, era un cazador, los
pobres eran presa, él y otros como él pagaban y elegían la presa.
La de esta noche era además un rival en el amor, lo mataría de buen grado.. o a la fuerza. Y cuando se
cansara de ella buscaría a otra mujer, y si tenía pareja, pues bien sería fácil
deshacerse de ella, como ya había hecho con anterioridad, como haría esta
noche.
Oyó un ruido y se giró y delante suyo lo vio, la presa,
estaba a tiro. Se dispuso a disparar, y lo miró a los ojos y, retrocedo eso ya
no era humano, eso era….
No tuvo tiempo a disparar, esa cosa cayó sobre él, lo ultimo
que vio fue la luna, volviéndose roja, roja debido a la sangre que manaba de su
cabeza.
Esa noche los cazadores fueron cazados, por su presa,
ninguno de ellos volvió a ser visto.
Cazó una a uno a sus supuestos cazadores, su instinto animal
desbocado le pedía presas, como esas que lo intentaron cazar no tenía bastante,
tenía hambre, tenía sed. Miró al cielo, vio la luna, luna llena. La herencia
familiar, la herencia de ser un animal, encerrado en un cuerpo humano.
Olió el aire, cerca había una ciudad, una pequeña ciudad,
llena de humanos, y de animales, todos ellos comida.
No debían haber despertado al animal que guardaba en su
interior, ellos lo obligaron a convertirse en su verdadero ser, ahora que este
tenía libertad, no lo podía volver a dormir hasta que se saciara, y en esa
pequeña y tranquila ciudad, comería.
Aunque movido por sus instintos se movió con cautela, los
humanos no eran tontos, una vez atacase lo buscarían, y lo intentarían cazar.
Tampoco debía alimentarse hasta saciar. Debería huir antes del amanecer, cuando
saliese el sol debía estar lejos. Porque cuando saliese el sol volvería a ser
el insípido y débil humano de cada día.
Sólo podía volverse animal cuando de diesen dos condiciones,
la luna llena o que estuviese asustado y perseguido. Pocas veces se había
transformado por estar amenazado, pero cuando había luna llena huía a un
bosque, a las montañas. No quería ser cazado en su ciudad
Vio como un grupo de personas se reunían, en una plaza, sus
instintos amplificados le dijeron que eran los únicos habitantes de esa ciudad.
Que esa ciudad era sólo un decorado, que sólo unos edificios estaban habitados,
los otros eran almacenes.
-El jefe y sus amigos han llevado a otra presa a cazar,
debemos esperar que regresen- ese ser oyó ese comentario, a pesar de ser casi
un animal, mantenía el bastante raciocinio para saber que esos humanos hablaban
de la gente que intentó cazarlo- cuando bajen de las montañas haremos fiesta,
con bebida, comida. Deberemos deshacernos del cuerpo de ese hombre, como hemos
hecho con otros.
-El camión con las mujeres llega tarde, si no llegan a
tiempo, el jefe se enfadará, seremos los próximos en subir a las montañas.
-Espero que las mujeres les gusten al jefe, las últimas no
les gustaron, y mató a quien no las proveyó.
Ese ser no se sentía un héroe, pero mataría a esas personas,
no lo haría por librar al mundo de esa escoria, si no por que ahora sabía que
esas personas contribuyeron en su secuestro.
Vio cono esas personas se separaban, y siguió a la que
parecía el jefe de ese grupo. Ese hombre sacó el teléfono y llamó a alguien.
-Llegáis tarde, si cuando llegue el jefe no estáis con la
mujeres, nos matará a los dos-ese hombre hablaba con quien llevaba a las
mujeres, seguramente en un camión.
El hombre colgó el teléfono y se dirigió a un supuesto
edificio de apartamentos y entró, realmente ese edificio era un almacén, allí
encerraría a las mujeres, todas ellas muy jóvenes, estudiantes universitarias.
Serían probadas por el jefe y sus amigos, y después vendidas a burdeles o al
extranjero.
Ese hombre rió, con ese grupo de mujeres y otros negocios se
llevarían un buen pellizco. Nadie descubriría nada, el jefe era un famoso y
prestigioso empresario. Nadie dudaría de él
Se acercó a la pared y vio la foto de la última presa de su
jefe. Un rival, en el amor, la novia de ese ya muerto había despertado la
curiosidad de su jefe. No quería secuestrarla, quería conquistarla, quería una
novia, no una esclava. Pero esa mujer tenía novio, y debía deshacerse de él.
Cuando el jefe se cansara de ella… debajo de la cafetería había un cementerio
secreto, allí descansaría esa mujer, al lado de las anteriores mujeres del jefe
A los hombres se los enterraba en otro sitio, en el foso que
había en la mina abandonada. Y pensó en la ultima presa. A cada presa se le
ponía un nombre absurdo y a ese se le llamó blanco rojo 1. Ahora ese hombre ya
estaría muerto y su jefe tendría el camino libre con ese mujer.
Oyó un ruido y se giró, y lo que vio le congeló la sangre en
las venas. Se quedó paralizado. Intentó gritar, pero el miedo que sentía no le
dejó ni dejar escapar un sonido.
Ese monstruo lo cogió por el cuello y lo rompió, el
hombre-lobo mordió al hombre en el cuello
y escupió, sabía mal, ese humano estaba corrupto, sabía a drogas y
alcohol. Buscarìa a otras víctimas con mejor sabor. Y empezó su cacería.
Horas después había acabado con el último humano, y tenía
hambre y sed. Todos los humanos de ese lugar sabían fatal, su carnes y sangres
estaban corruptas. Esperaría que llegase el camión y devoraría al camionero y a
las mujeres secuestradas.
El hombre- lobo esperó durante horas, y nadie llegó. Al
final huyó de ese simulacro de ciudad al amanecer, cuando ya era un anodino
humano, con ropa que robó.
Se alejó de ese lugar, camino durante días alejándose de los
pueblos cercanos a la falsa ciudad.
Llegó a su ciudad de residencia una semana después, y volvió
a su vida cotidiana. Nunca supo que el camión que esperaba tuvo un accidente,
no supo que se ocultó ese accidente al público, ni tampoco se informó de la
muerte de sus secuestradores.
Entró en su apartamento y su novia se acercó y lo besó
-¿Dónde has estado?
Ha habido luna llena.
Él la miró, y le contestó.
-De cacería.