Caminé hacia donde escuchaba las voces, estaba nervioso, no sé si es mi locura la que me hace escucharlas o de verdad son personas.
Seguí caminando hasta que vi movimientos en los arbustos, cuando me asome para ver qué era, mis esperanzas se fueron a la basura.
Fueron goblins, simples, malolientes y feos goblins. Estaba enojado, mis esperanzas fueron desechadas por unos malditos goblins.
Me abalance a lo loco hacia los goblins, los goblins me vieron y empezaron a correr por sus vidas. Mi aura asesina que se estaba desprendiendo, más el efecto del título los hizo correr del miedo por puro instinto.
Alcance uno con mis garras y me lo empecé a comer vivo, le arranque las extremidades y me las comía en su cara.
Lo deje medio vivo y empecé a cazar a los otros 2 goblins, fui uno por uno y les arranque las piernas para que no puedan correr y los traía de vuelta donde estaba el goblins sin piernas ni brazos.
Cuando estaban todos reunidos empecé a comerlos vivos, me los comí lentamente mientras aún estaban conscientes, mientras me comía a uno el otro temblaba y lloraba del miedo.
Me di cuenta de que había otro goblins en los arbustos que nos observaba, parecía que quería correr pero le temblaban las piernas.
Cuando lo mire con la cabeza de uno de sus compañeros en la boca, reunió todas sus fuerzas y empezó a correr mientras lloraba como un niño.
Lo deje en paz para que corra y seguí comiéndome sus compañeros, quería que el tuviera esperanza de que escaparía, así como yo la tuve, para después quitársela mientras me lo comía lentamente.
Me termine de comer a los goblins, habían pasado unos 15 minutos desde que el goblin corrió podría haberlos comido mas rápido pero quería que sufrieran y perdí la noción del tiempo.
Me estaba levantado para seguir al otro goblin cuando escucho los arbusto moverse, pensé que era el goblin que había vuelto por venganza.
Pero para mi sorpresa, salió un hombre robusto del arbusto. Me quedé quieto y no pude pensar en nada.
El señor sacó su espada y me apuntó. No le di importancia, no podía pensar correctamente. Por mi cabeza estaban pasando un montón de emociones.
Estaba feliz, triste, sorprendido, enojado y con miedo y alegría de tener esperanza de nuevo. No la quería perder de nuevo como hace un momento. Quería salir de aquí.
Estaba cansado de hacer lo mismo tanto tiempo, de ver el mismo paisaje todos los días cuando me despertaba, ver los mismos árboles cada vez que pasaba por el mismo lugar todas las mañanas.
No podía hablar con alguien sobre mis problemas, sufría solo pensando que estaría atrapado aquí para siempre.
Cuando retomé la conciencia, estaba caminando de la mano del hombre robusto, diciendo que íbamos a la salida.
Miré a mi alrededor y al lado mío estaba una niña junto a otro hombre con un arco. Quería hablar, pero no pude.
Solo podía recordar algunas palabras, pero mi boca no se movía. Parecía que mi cerebro no se había acostumbrado tan bien a esta experiencia traumática.
Después de un tiempo, llegamos a la barrera que me impedía pasar más allá. Tenía curiosidad de cómo íbamos a salir.
Después de todo, traté de hacer todo lo posible para escapar, pero no me dio ningún resultado.
El señor robusto me soltó la mano y sacó algo de su bolso, era una bolita azul cristalina que lanzó a la barrera.
Me quedé sorprendido cuando en medio de la barrera apareció un portal. El hombre robusto me volvió a agarrar la mano y atravesamos el portal.