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Chapter 37 - El demonio del trono

Una armadura blanca comenzó a extenderse sobre el antebrazo de Shin antebrazo mientras el seguía perdiendo la movilidad de su cuerpo.

Shin intento con toda su fuerza soltar la espada pero por mucho que lo intentara la espada estaba firmemente aferrada a su mano.

"¡Déjame en paz, maldita espad—"

Su otra mano de repente cubrió su propia boca y Shin dejo de poder controlarla, intento destaparse la boca pero ninguna parte de su cuerpo respondía.

Unos segundos después cuando la armadura blanca ya cubría todo su brazo derecho, su mano se separó de su cara.

"Quédate en silencio un momento"

Shin se asustó al ver que su boca dijo algo que él no quería decir, pero sin mucha demora la armadura comenzó a extenderse sobre su pecho para luego llegar a su torso y comenzar a cubrir sus piernas.

'¿¡Quién eres¡?' pensó Shin sin poder hablar.

El cuerpo de Shin se puso de pie apenas la armadura se terminó de extender por todo su cuerpo y hablo.

"No te interesa saber quién soy, solo préstame tu cuerpo un rato"

'¡No!, ¡Ahora sal de mi cuerpo!'

La persona dentro de Shin se puso la mano sobre la cabeza y no pudo evitar gruñir.

"Aunque sea deja de gritar, compartir un cuerpo es agotador y tus gritos solo me dan jaqueca"

Shin no grito más porque aunque no pudiera controlar su cuerpo aun podía sentirlo. Sin embargo no dejo de presionar a la persona que ahora controla su cuerpo.

'¿Qué quieres con mi cuerpo?'

La persona controlando el cuerpo de Shin comenzó a estirar los brazos como si estuviera calentando antes de hacer ejercicio.

"¿Yo?, nada importante. En menos de un par de horas tendrás tu cuerpo de vuelta…pero no puedo asegurar que tengas todas tu extremidades para entonces"

'¿¡Que¡?, ¡Devuélveme mi cuerpo ahora mismo!'

La persona controlando el cuerpo de Shin solo gimió por el grito de Shin que resonó en su cabeza.

"!No es mi culpa que tengas un cuerpo tan débil!, ¿!Cómo quieres que haga algo con estos músculos tan endebles?!" La persona controlando el cuerpo de Shin toco la parte de la armadura que cubría los bíceps.

'¡Eres un maldito ladrón!, ¡Nunca debí tomar esa espada!'

La persona controlando el cuerpo de Shin frunció ante las palabras de Shin.

"¡No soy un maldito ladrón!, ¡Mi nombre es Astheria, acuérdate de mi nombre!"

'¿¡Eres mujer!?' se quejó Shin al escuchar el nombre de la persona que controlaba su cuerpo.

"¡A mí tampoco me gusta estar en el cuerpo de un hombre débil pero tengo que aguantarlo!, ¡Así que aguanta tú también!" se quejó Astheria hablando con la voz de Shin.

'¡Nunca te di el permiso para tomar mi cuerpo!' volvió a quejarse Shin.

Alguien había tomado su cuerpo, lo que era básicamente controlar su vida. Si bien fue culpa de Shin por tomar la espada, nunca pudo esperar que algo así fuera a pasar.

"Y yo nunca pedí tu permiso ni lo necesito" grito Astheria.

Por los próximos diez minutos hubo una pelea entre Shin y Astheria por el control de su cuerpo, sin embargo la pelea ya tenía ganador desde el momento que Shin había decidido tomar la espada, por lo que por mucho que intento de todas las formas recuperar el control de su cuerpo solo pudo resignarse a que las palabras de la mujer fueran ciertas y en un par de horas recuperara su cuerpo…con todas sus extremidades intactas.

***

En algún lugar dentro de la fortaleza, se encontraba un salón del trono con una persona sentada en el trono y otra persona de pie a varios metros.

"¿Te conozco?" pregunto la persona sentada en el trono con una voz suave y agradable para la vista.

Haler quien estaba parado frente al trono no hablo y solo se quedó en silencio mirando a la persona sentada en el trono.

"Hmmm, no puedo recordar donde…pero definitivamente te he visto antes"

La persona en el trono comenzó a murmurar en silencio mientras se esforzaba en recordar de donde concia a Haler pero sin mucho éxito.

"Tch, no, no se dónde te he visto antes. Athor, dime donde he visto a esta persona antes"

El espacio al lado derecho del trono se distorsiono y apareció un hombre de 2 metros de alto y con cuerpo corpulento.

"Me disculpo señor, no recuerdo donde pudo haber visto a ese hombre" dijo el hombre que acababa de aparecer de la nada.

El hombre sentado en el trono chasqueó la lengua otra vez disgustado. "Eres tan idiota como siempre"

El hombre parado al lado del trono no dijo nada frente a las palabras groseras del hombre y se quedó en silencio con la cabeza gacha.

Haler miraba al hombre que acababa de aparecer con el ceño fruncido, al fin y al cabo esta persona no era un humano, era un demonio.

El demonio corpulento tenía la piel roja y un par de cuernos negros que salían desde su frente. Además de que estaba completamente calvo y tenía un tercer ojo en su frente.

Haler apretó el agarre de su lanza plateada y miro fijamente al hombre sentado en el trono.

"¿Dónde está Rabadon?"

El hombre sentado en el trono frunció el ceño y apoyo su cabeza sobre el brazo que tenía apoyado en el antebrazo del trono.

"¿Por qué mencionas el nombre de Rabadon?"

El espacio a la izquierda del trono se distorsionó y apareció otra figura de la nada.

"Creo que lo conozco mi señor" hablo el demonio que acababa de aparecer, este demonio tenía la piel gris y un vendaje que cubría sus ojos.

"¡Oh!, Dime de donde lo conoces Seris"

El demonio llamado Seris pareció mirar a través del vendaje a Haler y después de unos segundos sonrió macabramente.

"Él es el hombre a quien Rabadon le arrebato a su esps—"

Una gran explosión resonó en el salón del trono justo donde el demonio estaba parado.

El humo de la explosión comenzó a desvanecerse y apareció una barrera roja color sangre frente al demonio llamado Seris quien tenía una expresión estoica en su rostro.

"Deberías aprender a dejar hablar a los demás, son modales básicos" se quejó el hombre sentado en el trono mientras se paraba y revelaba su cara desde la oscuridad donde estaba.

El hombre…el demonio tenía la piel clara y no se podría distinguir de un humano si no fuera por que tenía un solo cuerno que salía de la parte izquierda de su frente.

El demonio tenía el cabello negro y los ojos rojos, vestía un traje negro elegante el cual no podía ocultar que aunque su cuerpo fuera delgado también tenía músculos bien formados.

"Continua Seris" dijo el hombre mientras bajaba los escalones del trono y se acercaba a Haler.

El demonio llamado Seris asintió con la cabeza y continúo explicando.

"Como dije antes de que me interrumpieran, él es el hombre a quien Rabadon le arrebato a su esposa durante la guerra"

Haler miro con una expresión neutra a Seris pero no podía ocultar la rabia en sus ojos.

"Ya veo, es bastante desafortunado de tu parte, Rabadon puede llegar a ser…un poco despiadado a veces"

El demonio llego frente a Haler y puso su mano sobre su hombro.

"En verdad te compadezco, ojalá recuperes a tu esposa algún día" dijo el demonio mientras soltaba el hombro de Haler y continuaba caminado hacia la salida.

Cuando llego a la puerta, esta se abrió sola y el demonio se detuvo un segundo antes de salir.

"Dejare que mis subordinados te hagan compañía mientras me encargo…de unas pestes"

El hombre salió del salón el trono y levanto el brazo.

"Háganse cargo de el" ordeno justo antes de qué las puertas se cerrarán por completo.

El demonio llamado Athor fue el primero en saltar hacia Haler dejando un pequeño cráter en el suelo desde donde había saltado.

Athor golpeo su puño hacia Haler que solo apunto su lanza hacia el frente.

Cuando la lanza y el puño se encontraron, una pequeña onda expansiva se escuchó por el salón.

"!Hace tiempo que no mato a ningún humano!, ¡Estoy emocionado!" grito Athor mientras empujaba su puño con más fuerza haciendo retroceder a Haler quien solo miraba con ojos muertos al demonio.

Haler no continuo el concurso de fuerza contra el demonio y su lanza comenzó a brillar hasta que el demonio se vio obligado a retroceder por instinto.

Poco después de la punta de la lanza salió un disparo plateado que golpeo de lleno a Athor quien alcanzo a cubrirse con sus brazos.

De los brazos de Athor se pudo ver un pequeño hilo de humo blanco justo donde había impactado el disparo de Haler.

"¿¡Eso es todo lo que tienes!?, ¡ven y dame todo lo que tiene—"

"¡Terminemos con esto rápido Athor!" grito Seris quien seguía parado al lado izquierdo del trono.

La expresión de Athor cambio visiblemente y solo se limitó a gruñir.

"Tch, no sabes disfrutar del momento"

Con eso dicho, Athor volvió a cargar contra Haler mientras que Seris también comenzaba a envolverse al combate desde lejos.