Todo el grupo estaba sentado alrededor de una fogata mientras comían algo de comida pre preparada en el pueblo.
Hace una hora que había comenzado a oscurecer y decidieron detenerse ya que seguir de noche era peligroso, era mejor esperar a que amaneciera y continuar.
Shin comió en silencio mientras escuchaba la conversación entre Haler y el conductor Kizto. El grupo era bastante silencioso, no hablaban mucho entre ellos.
Solo Kizto hablaba cuando se llegaba al tema del imperio Kaptza, en ese momento no dejaría de hablar por horas o hasta que pasara algo importante.
Cuando todos terminaron de comer, Prara tomo su bolso y esculco unos segundos antes de sacar un frasco de cristal lleno de pequeñas pastillas negras.
Prara abrió el frasco y tomo una de las pastillas antes de lanzársela a la boca y tragársela. Ella noto que Shin lo miraba y le dirigió una sonrisa cálida antes de preguntar:
"¿Quieres una?"
Shin no sabía que eran las pastillas por lo que no la acepto de una vez.
"¿Qué son?"
Prara miro el frasco y volvió a sonreír.
"¿Estas?, son pastillas para dormir. Son bastante efectiv-"
"Son drogas" Haler que miraba desde una lado corto a Prara.
Shin frunció el ceño al saber que eran las pequeñas pastillas negras.
"¿Drogas?"
Haler asintió mientras ignoraba a Prara que hacia un puchero.
"Si, Iptosis. Las drogas que introdujeron los demonios a los humanos durante la guerra hace 40 años"
Hace una semana Kurt le había hablado sobre estas drogas, pero no le había dicho el nombre de estas.
"¿Entonces quieres una?" pregunto Prara mientras extendía el frasco de cristal hacia Shin.
Shin miro el frasco y las pastillas negras durante unos segundos antes de negarse.
"No gracias, estoy bien así"
Prara hizo una sonrisa de tristeza falsa y retrajo su brazo.
"Tú le lo pierdes" dijo antes de tomar otra pastilla y comérsela.
Haler negó con la cabeza.
"Haces bien, supongo que ya has visto a los vagabundos atrás en el pueblo"
Shin asintió con la cabeza.
"No digo que todos tomen Iptosis, pero si la gran mayoría"
"¡No me compares con esos hombres sucios!" se quejó Prara.
Haler la ignoro y continúo hablando.
"Como todas las drogas la Iptosis es igualmente adictiva, además no tiene muchos efectos secundarios…por lo menos a corto plazo"
Prara puso sus brazo sobre su cadera e hincho el pecho como si mostrara que era la mejor, a lo que Haler la señalo mientras suspiraba.
"Pero ella lleva tomando eso más de 10 años y no le ha pasado nada"
Shin frunció el ceño y no pudo evitar preguntar:
"¿Por qué no?"
Haler movió los hombros en signo de ignorancia.
"Ni idea, supongo que afecta a las personas de diferente forma según la etapa en la que se encuentra. A los vagabundos del pueblo que la mayoría están en etapa Mortal tienen los efectos secundarios a partir del año de consumo"
Haler estiro los brazos y comenzó a bostezar.
"En fin, solo no la pruebes. Nada bueno puede venir de los demonios"
Aunque las palabras de Haler eran libres de emociones como siempre, Shin noto algo de rabia en su tono.
"¿Pero cómo es que sigue habiendo suministro de drogas si los demonios no se ven por más de 40 años?"
Haler bajo los brazos y comenzó a explicar.
"No es que los demonios hayan desaparecido después de la guerra, al otro lado del continente existe una ciudad poblada de demonios, usan la ciudad como centro de comercio, pero solo se comercia una vez cada año…creo que la próxima reunión será dentro de 6 meses o algo así"
'Ahora que lo pienso…Kurt nunca menciono que el contacto con los demonios se hubiera acabado' pensó Shin mientras escuchaba la explicación de Haler.
"En medio de los intereses no hay guerra, al fin y al cabo a veces el dinero es más importante que la vida para algunas personas"
Shin asintió con la cabeza en entendimiento, aunque las drogas fueran malas y estuvieran hechas por los demonios, si había demanda entonces los humanos comprarían aunque la procedencia fuera dudosa y cuestionable.
"Bueno, creo que es hora de dormir" dijo Haler volviendo a bostezar.
Shin en realidad no tenía mucho sueño por lo que no tenía problemas con hacer guardia de primero. Discutieron entre todos excepto Ayhana que solo estaba en silencio con la mirada perdida y decidieron el orden de guardia con Shin siendo el primero.
Cuando todos se fueron a dormir, Shin se subió a la rama de un árbol cercano para vigilar desde allí y giro la cabeza hacia arriba para mirar el cielo nocturno.
Nunca antes se había fijado bien, pero muy a lo lejos…tal vez tan lejos que parecía fuera de este mundo existía un tronco tan grande que cubría una parte del cielo.
Por mucho que Shin mirara hasta arriba no podía ver el límite del árbol, incluso no alcanzaba a ver las ramas de este.
El árbol parecía era tan grande que era difícil para Shin pensar que este era real…era difícil pensar que el venia desde algún lugar tan alto que ni siquiera era visible desde este gran mundo dividido en continentes.
Pero Shin no sintió ninguna nostalgia al recordar de donde venia, al fin y al cabo toda su vida se la paso dentro de una habitación blanca.
Pero eso no significo que no tuviera contacto con el exterior, aunque los científicos como el Dr. Reda eran bastante intensos e incluso locos, en realidad no eran malas personas y le daban cierta libertad.
Su trabajo era investigar…lo que fuera que estuvieran investigando ya que nunca se lo revelaron a Shin, no hasta que el proyectó estuvo listo y lo enviaron al mundo bajo el axis.
Ya habían pasado casi 8 meses desde que Shin llego y muchas cosas habían pasado. Si le dijeran al Shin de hace un año que estaría de expedición en un continente lleno de muerte y desolación entonces diría que están locos.
Pero ahora Shin estaba sentado en un árbol muerto sin ninguna hoja mientras miraba el lugar donde nació y creció desde abajo…muy abajo.
Shin sintió el aire moverse y sintió su conexión acercarse, poco después Caronte se posó su hombro y grazno.
"¿Comiste bien?" pregunto Shin mientras le hacía cosquillas al costado a Caronte.
En los últimos meses Shin se había encariñado con Caronte y el cuervo con él. Aunque Caronte fuera algo distante no era porque no quisiera a Shin, solo que no le gustaba revelarse con otras personas, incluso Shin pensó en esto como una ventaja para que sus enemigos no supieran que tenía una forma de estar informado de sus alrededores.
Además durante su viaje hasta el continente de la muerte desde el monasterio de la sagrada luz no solo habían estado haciendo turismo, también estuvo entrenando y peleando de vez en cuando contra algunas bestias.
El símbolo en la mano de Shin se ilumino y una pantalla se formó frente a él.
Nombre: [Shin]
Títulos: [Heredero de la oscuridad]
Etapa: [Mortal]
Alma: [Mortal]
Núcleo: [15/100]
Habilidades: [Palabra oscura] [Hilo controlador] [Toque oscuro] [Resonancia] [Telepatía sensorial]
Objetos: [Espada de acero oscuro]
Contratos: [Caronte]
En total había matado 13 criaturas en su viaje, eran pocos pero era quien daba el ultimo que le contaban la muerte.
Por eso cuando lucho contra oponentes junto a Caronte no pudo acumular todas las muertes para él.
Para Shin era necesario hacer que Caronte también subiera de etapa, no solo se volverían mas fuertes juntos, si no que la diferencia entre los dos no sería tan grande.
Claro que Shin también revisaba el panel de Caronte de vez en cuando para ver su información.
Nombre: [Caronte]
Títulos: []
Etapa: [Mortal]
Alma: [Mortal]
Núcleo: [55/100]
Habilidades: [Pluma filosa] [Sigilo] [Vista compartida]
El núcleo de Caronte había subido de 49 a 55, solo había matado a seis pero aun así llevaba mas que Shin. Esto porque antes de Shin lo curara para que no muriera en el bosque frente al monasterio, Caronte ya había matado a otras criaturas.
Shin estuvo mirando un rato ambas pantallas hasta que se aburrió y las cerro mientras seguía esperando a que llegara su turno para dormir.
Después de casi una hora y media Shin estaba a punto de quedarse dormido pero mantuvo sus ojos despiertos y se mantuvo alerta a cualquier peligro, ya no faltaba mucho para que rotaran de guardia por lo que Shin resistió un poco más.
Para su suerte minutos después pudo escuchar como alguien se despertaba, aunque era Shin quien tenía que despertar a la siguiente persona, aún quedaban un par de minutos para cambiar por lo que no lo había hecho.
Pero para su sorpresa la persona que tenía que despertar se levantó por sí misma y camino hacia el después de verlo sentado en la rama de un árbol.
Shin vio a Ayhana caminando hacia el con su mirada perdida de siempre.
Shin bajo del árbol y no se molestó en hablarle a la mujer, incluso dudaba de si la mujer podía escucharlos.
"¿Por qué hueles a ellos?"
Shin que ya la había pasado se giró rápidamente para mirarla sorprendido de que hubiera hablado, pero cuando se giró vio como la mujer estaba sentada en la rama de la que se acababa de bajar y miraba el cielo con la misma mirada de siempre.
"¿Dijiste algo?" Shin le pregunto ya que estaba seguro de haberla oído, pero por mucho que le pregunto la mujer, esta se quedó en silencio mirando al cielo hasta que Shin se dio por vencido y se fue a dormir.
Cuando Shin se metió en su saco de dormir y se acostó en el piso, la mujer volteo la mirada hacia él y susurro algo para ella misma antes de volver a mirar al cielo.