Escribir es agotador, puede que no lo parezca, seguramente piensas que ser un escritor es sentarse en un café internet con un atuendo de profesor universitario, un buen late y una laptop que el escritor llena con palabras como si supiera exactamente que hace, y aunque a veces si tengamos golpes de inspiración que nos motivan a escribir capítulos completos en menos de un día, una realidad es que tenemos problemas, tenemos varias ideas en la cabeza que no sirven porque destruyen la trama; pensar en más ideas buenas, pero olvidarlas por completo al salir de la ducha, tener que reescribir capítulos enteros solo por un error u otra idea, realizar investigaciones exhaustivas para saber cuánta agua puede salir de un cactus (al parecer no es recomendable hacer esto), críticas constantes sobre lo que hacemos con el tiempo libre, huecos argumentales que más vale descubrir pronto, antes de que el friki de turno despedace tu amada obra como si fuera la envoltura de su regalo de navidad.
Pero, dejando todo esto de lado, cada problema que se da cuando uno decide formar parte de este mundo lleno de letras que forman un puente a la imaginación tiende a llevar a una hermosa obra, tal vez no sea perfecta, pero sabes que ese manuscrito que tienes en tu mano es una parte de tu alma y eso es algo que nunca podrán arrebatarte.
Estoy a punto de publicarlo en línea, la idea inicial era publicarlo en una editorial, pero supongo que uno no siempre obtiene lo que quiere.
En este momento observo el manuscrito en mis manos, queriendo grabar ese instante, mientras mi mayor obra hasta el momento sigue siendo mia y solo mia, hojeo las páginas recreando los pasajes del libro en mi mente, y finalmente llego a una de mis partes favoritas.
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"...su espada atraviesa limpiamente el torso de Veronika, rápidamente sus ojos se llenaron de lágrimas, siempre había despreciado la violencia, se había convencido de que siempre existía una mejor opción, que no debía alimentar las llamas del caos y la discordia, pero ahora se preguntaba si realmente había una diferencia, al final había recurrido al asesinato para cumplir su objetivo ¿realmente valía la pena? toda la muerte y la destrucción, su amada amiga atravesada por la espada en sus manos,miró por ultima vez en sus ojos que habían perdido todo rastro de la vida, la inocencia y la bondad que alguna vez tuvo se habían desvanecido por completo, dejando solo el cascarón vacio de quien alguna vez fue la doncella más hermosa de todo Pargon.
Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que seguía de pie, no sabía cuanto tiempo llevaba sosteniendo a Veronika, miró nuevamente su rostro, recordando nuevamente los buenos momentos que compartieron, los bailes, los molestos pretendientes, las escapadas del palacio, los viajes al campo de Narcisos. Un susurro inaudible salió de su boca, un "lo siento" tan fugaz y silente que creyó no haberlo dicho realmente, pero ya no tenía fuerzas para decir más.
-¿Veronika?
Salió por un momento de su sopor y miró al frente, era Cassian, de todas las personas ¿por qué Cassian? Si antes sentía que su alma no podía sentir más dolor se había equivocado, intentó decir algo, pedir disculpas, pero no podía hablar, y aún si pudiera, no había forma de que Cassian la pudiese perdonar, ella misma sabía que no merecía ser perdonada, cuando la espada en sus manos acababa de cobrar la vida de la hermana de aquel joven frene a ella.
-Cassian, yo...
No pudo decir más, no solo porque su corazón estuviese roto, sino porque el joven había huido, y conociéndolo, nunca podría encontrarlo. Con todo el dolor en su corazón soltó la espada, dejando a aquella dulce doncella caer, viendo en su totalidad lo que había hecho, y finalmente se dejó caer en llanto junto a quien alguna vez fue su mejor amiga..."
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Estoy a punto de cambiar de página cuando siento que me he cortado con el papel, dejando una pequeña gota en el borde de una de las hojas.
Me dispongo a ir por una servilleta para limpiarme, cuando noto un fulgor carmesí proveniente del libro, más especificamente, de la gota de sangre, que no tarda en desprenderse del manuscrito por su cuenta y empieza a flotar sobre este, observo con temor el pequeño orbe rojo al momento que empiezo a escuchar un distante murmuro.
Para aquel que trasciende el vortice obsidiana
aquel mas allá del Nirvana
cuya fuerza al mundo da forma
el destino por favor transforma
mas allá de las estrellas y más profundo que el alma
a este mundo trae la calma
Tuve un escalofrío, sabía que estaba pasando, un encantamiento invocatorio, era solo una idea, nunca había llegado a plasmarlo en papel, pero no cabía duda alguna.
Cooperari, undo meo impero operari...
En ese momento un gran dolor atravesó mi cuerpo entero y no pude evitar caer de rodillas.
-¡¡¡¡¡DETENTE!!!!!
Pasó un momento antes de que el dolor se redujera y volví a escuchar la voz.
-No puedo, debo hacer algo... yo...ya no puedo seguir perdiendo.
- no sé quien seas, pero debes parar.
Nuevamente se hizo el silencio, debía convencerlo de parar.
-Silentium non capietur et mendacium punietur, sed veritas tolerabitur.
Sentí un gran ardor en mi cuello, un espejo cercano me dejó apreciar una serie de símbolos verde fluorescente alrededor de mi cuello, conocía ese hechizo, yo lo había creado, me está obligando a decirle la verdad, y no tenía forma de oponerme.
-Responde, si logro terminar el encantamiento ¿podré obtener lo que deseo?
En ese momento pude reconocer a quien pertenecía la voz, a pesar de nunca haberla escuchdo en mi vida, era Cassian, el joven hechicero de la corte de los Gotheria, conozco bien su deseo, sé cual es su objetivo y a pesar de lo que intente, no puedo mentirle.
-Si.
-¿Sabes cómo hacer que el hechizo funcione?
Intenté resistirme a pesar de saber que era inutil, pero mientras más me resistía, la fuerza en mi cuello más apretaba y quemaba como si fuera metal al rojo vivo.
-......Si.
-Dime que necesito.
El hechizo me estaba provocando un profundo dolor, apenas podía respirar o mantenerme consciente, pero la magia me impedía caer o callar.
- puedes dejarme ir, yo...yo puedo cambiar tu pasado.
El silencio volvió a tomar el control y pude apreciar como el fulgor de la gota de sangre empezaba a desvanecerse, Cassian debió notarlo también, porque inmediatamente volvió a hablar.
- No puedo mantener el encantamiento por mucho más tiempo, dime, si te dejo ir ahora ¿mi mundo realmente va a cambiar?
-Si, yo... yo puedo... cambiarlo...
En ese punto apenas podía pensar con claridad, ya no importaba si me resistía o no, la marca se volvía cada vez más dolorosa, mientras la verdad salía en cada respuesta.
-He sido engañado con anterioridad, aprendí a la manera dificil la diferencia entre poder hacer algo y hacer algo, así que responde ¿realmente estás dispuesto a cambiar mi mundo para que todos tengamos un final feliz?
En ese momento sentí un arrebato de ira que el hechizo no pudo apagar, de hecho creo que el mismo hechizo fue el responsable de revelar esa verdad que yacía enterrada en mi interior, en otras circunstancias habría dicho que lo haría, pero en ese momento, a pesar del dolor, logré pensar con una claridad cegada por la ira ¿un final feliz? como odio esa frase ¿cambiar lo que tanto trabajo me había costado concretar, para que alguien que ni siquiera era real tuviera lo que quisiece? ese era ... el trabajo de mi vida.
-Por supuesto que no
La respuesta salió de mí con una claridad que el dolor solo pudo acentuar.
-Y no... no tienes el derecho de obligarme... de no ser por mi, ni tú, ni tu querida hermana existirían... ME LO DEBES TODO, YO SOY TU DIOS.
De un momento a otro pude volver a respirar con normalidad, la marca en mi cuello se había ido y el dolor también.
-Entiendo.
La ira y la tristeza estaban marcadas en su voz, sabía que había cometido un grave error, y que seguamente moriría debido a ello, pero ya era tarde para arrepentirme, y siendo honesto, no me arrepientí en ningún momento.
-Entonces que así sea. veni ad me, deus verborum et atramenti vel non, haec res differet.
La gota de sangre se volvió negra, cada letra salió del manuscrito y se unió al orbe de sangre, no intenté escapar, sabía que era inutil, solo pude quedarme quieto, mientras mi cuerpo se disolvía en tinta que era absorbida poco a poco por el orbe.
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Desperté en el silencioso claro de un bosque, de no haber estado viendo al cielo, hubiera pensado que era de noche, pero frente a mis ojos, en medio del firmamento, se encontraba un aro de una tenue luz plateada.
Con esfuerzo logré incorporarme y cuando lo hice, pude ver a Cassian, sentado sobre una roca a tan solo unos pasos de distancia.
-Bienvenido al Bosque de la Medianoche "Dios".