Un chico de cabello negro, con algunas mechas grises, se acercaba caminando a su casa. A unos metros de distancia de la casa se podía escuchar un alboroto. El chico se detuvo a unos centímetros de la puerta. Se dio la vuelta y entró por la puerta trasera, se escabulló entre el alboroto entre un hombre y una mujer y se dirigió a su habitación.
"La habitación" de este chico era un almacén pequeño que, aparte de suministros y cosas viejas, tenía una manta y una almohada sucia. El chico se acostó en ello y a los pocos minutos, sintió los pasos pesados de alguien que se dirigía al almacén apresuradamente.
"¡¡IYU!!, ¡¡HIJO DE P*TA!!, no has arreglado el puto baño, ¿para qué te dejo vivir en mi casa si no puedes hacer ninguna de las mínimas cosas que mis verdaderos hijos hacen?" Dijo un hombre casi calvo y gordo.
El chico al que se referían como Iyu, se levantó del intento de cama y agachó la cabeza, después de hacer eso, el hombre le pegó en una de sus mejillas. Iyu se mantuvo en la posición incluso cuando sangre empezó a gotear al suelo.
"¡¡TE DIJE QUE ARREGLARAS EL BAÑO IMB*CIL!!" Gritó de nuevo el hombre, esta vez, Iyu empezó a caminar en dirección a las herramientas que necesitaba y fue directo al baño.
Iyu arreglaba el baño mientras maldecía a su supuesto padre.
Al ser huérfano, había estado en muchas familias, pero en cada una de ellas, una vez que sus hijos biológicos hacían su prueba de probabilidades de obtener algún poder y salía con probabilidades altas, se olvidaban de él e incluso lo devolvían.
Estas pruebas se hacían desde los 7 años y cada año se hacía uno nuevo por si las probabilidades cambiaban.
Esta era la 15 familia que le había tocado en sus 14 años de existencia, y era la peor. Sus dos hijos, que eran mellizos, tenían el 99% de obtener algún poder en su prueba que realizaron hace un mes, y desde eso, esta familia empezó a exigirle cosas que no debería hacer solo por sacar un 0% de probabilidad en la prueba de este año.
Iyu terminó de arreglar la tubería del baño cuando su hermano menor le dio una patada. "Oye, ¿dónde está el almuerzo?, ¿no ves que estoy hambriento?" dijo el niño que era un poco más bajo que Iyu.
"Ervs, no soy tu sirviente, mamá hizo un guiso, tienes dos manos y dos pies, ve y sírvelo" dijo con tono amenazante. "Mamá, Iyu no quiere sacar mi comida" gritó Ervs a su madre.
"Iyu, sirve la comida para todos, no seas molesto y empieza a servir de algo" amenazó la madre arreglando su cabello. "Sabes que haré si no lo haces en 5 minutos, y va a ser peor que la última vez"
Iyu empezó a caminar hacía la cocina y sirvió como le dijeron. Había solo cuatro platos y había una tabla que era en donde servía él mismo su comida, le habían arrebatado muchas cosas, incluso había días en el que no comía en la casa por lo mismo que no se le permitía.
A la mañana siguiente, Iyu se puso la única camisa y pantalón que tenía para ir a la escuela, cursaba el 3 año de secundaria y obtenía buenas notas, pero muchos lo ignoraban por lo mismo que sus probabilidades de tener poderes eran nulas.
Iyu después de clases fue a un bosque lejos de la escuela, se puso en un árbol un poco peculiar en aspecto, tenía unas hojas plateadas, flores grises y negras, similares al cabello de Iyu. Según la persona que lo encontró, él estaba en ese mismo árbol envuelto con solo una sábana.
"Tu eres como yo, no encajamos Billy" dijo Iyu refiriéndose al árbol. Como si el árbol supiera lo que dijo, balanceó sus hojas liberando una pequeña tormenta de pétalos grises y negros.
Al ver esto, Iyu quedó maravillado por la vista, dejó que sus sentimientos se liberaran ligeramente. Pero al momento siguiente, de las raíces empezó a salir un humo asfixiante, Iyu lo notó muy tarde, y por la tormenta de pétalos, no pudo ver hacía donde se dirigía, cayendo de bruces cuando el humo llenó a Iyu.
Pasó un tiempo e Iyu se empezó a mover, empezó a retorcerse y empezar a gritar de dolor, una pequeña figura como tatuaje apareció en su muslo izquierdo con una pequeña luz blanquecina, tan rápido como apareció, se esfumó. Pasó aproximadamente una hora para que Iyu pudiera respirar con normalidad. "¿Qué mierda fue eso?" fue lo primero que se preguntó.
Se levantó y empezó a regresar a "casa" al ver el cielo. Si él no se apresuraba, lo iban a torturar por su madre o por su padre, ambos tenían poderes elementales, la madre podía utilizar el aire y el padre la madera.
Corrió lo más rápido que pudo y notó que iba a una velocidad alta, llegó aproximadamente en 3 minutos y apenas se sentía cansado.
"Iyu, estás llegando tarde, no has hecho nada de tus tareas, ¿más inútil no puedes ser?" dijo la madre furiosa. "Me vas a lavar los platos, trapearás, harás la cena, arreglaras la ropa de mis niños y bañarás al perro" dijo arrugando más la ceja.
Iyu hizo lo que le pidieron, e incluso, lo hizo demasiado rápido, ahora solo le faltaba bañar al perro, que por alguna razón, el perro que siempre era agresivo con él, hoy era totalmente manso.
Iyu no le tomó importancia y siguió haciendo sus "deberes". Al terminar, la madre quedó estupefacta al notar el tiempo en el que llegó y en el que acabó, tomó menos de una hora realizar todas las tareas y bien hechas.
"Sirve la comida, hoy no cenas" dijo la madre. "…" Iyu no dijo nada, pero siguió mirando en dirección a las carnes que se compraron para el siguiente día, Iyu no notó que estaba babeando hasta que lo sintió, rápidamente empezó a servir la comida y se fue al almacén.
"¿Qué mierda está sucediendo hoy?" empezó a decir para sí mismo. "Primero la tormenta anormal de pétalos, segundo ese maldito humo que casi me mata junto con el dolor, y tercero… esta hambre… AGh" dijo antes de sentir de repente punzadas en sus entrañas.