Iyu empezaba a tener mejores días ahora que era reconocido su poder, las chicas lo buscaban, mayormente las populares de cada aula, todas voluminosas y curvilíneas o de cara bonita.
Junto con este gran cambio en la escuela, Iyu empezó a tener episodios donde literalmente se le podía ver volando con solo hablar con una de estas chicas. "¿Ya se te subió la fama?" preguntó Fabián cuando Iyu estaba mirando por la ventana a unas chicas jugando al vóley. "¿Mmm?, claro que no, con solo saber de mi poder se están acercando, mi único amigo real eres tu idi*ta" gruñó Iyu haciendo que Fabián empezara a reírse.
Después de eso, Iyu revisó sus estadísticas.
*Usuario: Iyu Wel
Nivel: 2 (Exp 30/ 200)
Raza: Humano (Despierto)
Fuerza: 11
Destreza: 8
Agilidad: 10
Resistencia: 9
Inteligencia: 12
Energía: 100/100
Afinidad: 0
Bestia: 2 (Formas encontradas: Lobo) (Activado)
*Evolución: 0/20*
Habilidades: 0
***Bloqueado hasta el nivel 5***
Puntos disponibles: 4
Inventario: 0/100 (No hay ningún objeto en el inventario)*
Antes de las clases y de terminar sus tareas diarias, le había aparecido el mensaje de subida de nivel, no fue nada impresionante como lo había esperado Iyu, pero todos los demás veían, o al menos sentían, un cambio en su apariencia y energía, llegando a confundirlo con un modelo. Iyu no tenía ni la más mínima idea de esto.
Terminaron las clases del día. Iyu viajaba en dirección a la casa cuando tuvo una notificación de repente haciendo que se detuviera a leerlo.
*Alerta del sistema
¡El segundo mejor momento de las bestias ha llegado!, asegúrate de estar en un lugar agradable por que la fiesta va a comenzar. El efecto "calor" se activará durante tres días.
Hay que jugar un poco, ¿verdad?
Nota: sucede una vez cada dos meses.
"¿Qué v*rga es eso?" gritó Iyu que empezó a quedarse sin aliento como si hubiera hecho un ultramaratón. Como él estaba en vía pública, todas las personas que estaban cerca empezaron a alejarse más rápido y a murmurar.
Para este punto, Iyu estaba a pocos minutos de desplomarse. Con su vista nublada y con pasos pesados, llegó a casa y entró. Tan pronto como abrió la puerta, los demás se quedaron quietos, esperando a que Iyu les gritara de nuevo o los lastimara, cosa que no sucedió. La madre había sentido un aroma bastante agradable cuando Iyu cruzó junto a ella, pero lo descartó de inmediato para seguir limpiando la casa, nunca osaría hablarle para las tareas domésticas de nuevo.
Iyu llegó a su habitación y se desplomó en su cama. Toda su energía fue drenada con solo tocar las sábanas.
A la mañana siguiente, cuando Iyu se levantó, tenía unos cambios que no se notarían con solo mirar de reojo. En sus ojos, se veía una pequeña línea en sus pupilas de color azul y su aura estaba mucho más brillante que el día anterior.
Ya no tenía esa pesadez o al menos lo estaba aguantando bien. Termino sus tareas y se fue a la clase.
Ahí es donde comenzó el caos.
Tanto chicas como chicos se arremolinaban junto a Iyu sin razón aparente, y para este último fue aún peor.
Especialmente el aroma de las chicas, era su problema. Al parecer, el efecto que el sistema había denominado "calor" había mejorado de alguna forma su sentido del olfato. Cada movimiento que hacía una chica a su alrededor hacía que su parte baja se activara.
No había pasado ni la segunda clase cuando otra ronda inexplicable de pesadez y fiebre como el día anterior se presentó. Fabián lo vio y lo estaba llevando a la enfermería.
Mientras lo llevaba, Iyu estaba murmurando muchas cosas inentendibles y a la vez Fabián sintió en su hombro contrario un dolor punzante, Iyu había sacado sus garras de manera inconsciente.
Fabián gritó para que los prefectos lo ayudasen. "Fabi, hay algo que huele bien por allá, deja de gritar como un idi*ta y suéltame" dijo Iyu en un tono que Fabián no había escuchado de él, como si lo estuvieran amenazando de muerte. "Iyu, no creo que este sea buen momento para que te suelte, en unos momentos llegan los prefectos, no te soltaré hasta que lleguen"
"¡SUELTA DE UNA P*TA VEZ!" gritó Iyu y con un empujón, se soltó de Fabián y salió corriendo en una dirección específica.
"¿Qué es ese olor?, es agradable, pero apetitoso, no sé qué sea eso, pero lo comeré a gusto" pensó Iyu.
Después de un maratón, Iyu volvió en sí, estaba agachado y en su mano izquierda sintió algo suave. Sin saber que es, miró hacía abajo y lo que vio fue a una linda chica con cabello rojizo muy rizado, ligeramente morena y con unos ojos color ámbar. Se fijó tanto en la cara que se le olvidó que estaba tocando su mano. "¿Qué c*arajo crees que haces?" preguntó amenazante la chica. Sin esperar alguna respuesta, desapareció de su vista y le dio una bofetada a Iyu. "Imb*cil". Fue lo último que escuchó Iyu de la chica y, sin saber ni cómo llegó, se quedó quieto.
Iyu, para este momento, estaba analizando lo que su mano había tocado, no esperaba haber hecho esto a su edad, y poco a poco su rostro quedaba más que colorado, en este punto se veía como un tomate brillante, se podía ver lo avergonzado que estaba. "¿Te estás burlando de mi sistema?, toqué los s*nos de una chica mientras estaba inconsciente, ¿es enserio?" gritó Iyu internamente.
Después de un rato, Fabián lo encontró y lo llevó a la enfermería. "¿Seguro que estás bien?, saliste corriendo, diciendo que algo olía bien, no me quiero preocupar, pero en verdad me asusté" dijo Fabián. "Estoy bien, solo algo agripado quizá" murmuró Iyu. "P*to sistema" siguió llorando Iyu internamente.
Fue el día más vergonzoso, ¿o tal vez su mejor día de suerte?, que Iyu pudo recordar, pero todavía quedaban dos días más.