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Chapter 14 - Desobedecer las órdenes

Amara reviso la hora en su móvil dándose cuenta que aún faltaba una hora para que se levantará si iba a seguir su rutina de siempre, hasta que las puertas de la habitación fueron abiertas y Alexander venía entrando sin remera cubriéndose la parte inferior del cuerpo solamente con una toalla, el rostro de la mujer se había calentado rápidamente ya que la imagen que tenía delante de sus ojos era espectacular.

¿Se te perdió algo? Preguntó Alex.

La mujer puso los ojos en blanco y decidió ignorarlo, hasta que sintió un cuerpo pesado encima suyo.

¿Que quieres? - Amara había reaccionado e hizo el intento de alejar al hombre lejos de ella.

¿Si te dijera lo que quiero me lo darías?- Alexander tenía la voz un poco ronca.

No me interesa saber que quieres y de una te digo que lo único que yo te voy a dar son los buenos días - La mujer se metió debajo de la cobija, Alex lo único que hizo fue apartarse de ella y volver a salir de la habitación.

¿Que te está pasando, Alexander? Fue la pregunta que se realizó el hombre en menos de una semana Amara Mendoza está dejando disparejo todo a su alrededor.

Una Lamborghini se adentró en el parqueadero de la Universidad- ¿Porqué tuviste que venir en semejante carro? Amara se quejó.

Te quejas por todo a todas las mujeres les encanta presumir.

Yo no soy igual a ellas, Alexander.

Mantente alejada de todos los hombres y ni intentes hacer nada por que esta Univeridad tiene mis ojos y mis oídos, recuerda que nadie puede ponerle un dedo encima a mi mujer - Ni bien Alexander terminó de hablar Amara ya había salido del vehículo.

¿Tu marido está adentró? - Lorena Mendoza había llegado por detrás de Amara, y el abrazo efusivo entre hermanas era todo lo que Amara necesitaba.

Si, esta adentro.- Amara respondió indiferentemente.

Te estás convirtiendo en la envidia de todos, ademas estas rompiendo las reglas, la mujer del Mafioso debe estar metida en los negocios y no en la Universidad- Lorena se burló.

Cierra la boca mejor ponte a pensar y a planear cómo escapar de Alexander Santoro.

Amara, incluso si te escondes debajo de las rocas el demonio va a encontrarte - Lorena era consciente de aquella realidad.

Moriré en el intentó- Amara estaba decidida.

Bien, somos hermanas y antes que nada esta tu felicidad - Lorena abrazó a su hermana y empezaron a caminar por los pasillos de la casa de estudios.

¡Amara! - La voz de un joven hizo que la mujer levantará la vista encontrándose con un hermoso joven sonriéndo dulcemente.

Gael - Susurró Amara.

Varios hombres que estaban observando la más acciones de los jóvenes empezaron a comunicarse a través de los pequeños micrófonos.

Amara, he dudado mucho acerca de hacer está pregunta, pero la semana pasada al sentir tu ausencia he decidido que ya no tiene caso seguir ocultandolo.

¿Que sucede, Gael?

Amara, quiero que seas mi novia - Segundos después los labios del joven tomaron posesión de los labios de Amara.

Gael - Susurró Amara alejándose del joven.

Dime que si - Amara era consciente de que la mirada de Gael contenía súplica y que a decir verdad a ella también le gustaba Gael desde hace tiempo, pero la mujer se estaba olvidando de un pequeño y gran problema a la vez, Alexander Santoro.

Antes de que la mujer le diera una respuesta al joven las campanas sonaron y tuvieron que separarse- piénsalo- con esas palabras Gael se alejó.

¿Por qué tienes esa cara? - Lorena se había dado cuenta de la mirada triste de su hermana.

¿Que sentirás si la persona que te gusta te pide que seas su novia, pero tu estás casada?

Pensaría que aquel dicho que dicen es verdad, que si estás sola ninguna mosca vuela a tu alrededor, ah, no, pero esperen a que tenga pareja hasta el ex de la primaria te busca, Amara tendrás que decirle que no a la persona y es por su bien, recuerda con quien estás casada, y que Alexander va a hacer desaparecer a cualquiera con tan solo tronar los dedos.

Fue en ese momento que la dura realidad golpeó a Amara, su hermana tenía razón, no debía olvidar que Alexander Santoro era su marido y su peor pesadilla, el dolor de sentir la impotencia de no poder tomar las riendas de su vida, costaba aceptar su la realidad, ella era la mujer de un Mafioso y no de cualquier Mafioso.

Amara - La voz de Gael hizo que las mujeres se detuvieran.

Te veo mañana - Lorena se alejó de su hermana y se fue.

¿Lo has pensado? Preguntó Gael, pero nuevamente antes de que Amara respondiera un Ferrari hizo rechinar sus ruedas deteniéndose delante de la pareja.

Lo siento debo irme - Amara no necesitaba observar por mucho tiempo el vehículo para saber a quién pertenecía, pero las manos de Gael la detuvo y una vez más la beso, pero Amara se apartó, no se imaginaba que Alexander estuviera en el vehículo.

Ni bien las puertas del vehículo se cerraron esta salió del parqueadero, para tranquilidad de Amara nadie no estaba dentro del vehículo excepto ella y el chófer.

Cuándo el vehículo entró en el área del Condominio sintió algo raro en su interior, Amara descendió del vehículo y se adentró en la casa esta se encontraba en total silencio y oscuridad, pero en un abrir y cerrar de ojos, Amara Mendoza fue empujada fuertemente por la pared y el cañón frío de una pistola reposaba debajo de su garganta.

Amara, has desobedecido mis órdenes, y me temo que debo enseñarte a respetarme - La voz de Alexander ers escalofriante mientras la pistola recorría el cuerpo de Amara, hasta que se detuvo en la parte inferior de su abdomen acariciando y descendiendo lentamente - Amara, nadie toca lo que es mío y tú me perteneces no hace falta que te lo repita.